Las fechas quedan perfecto para el tema de esta columna —y el puente con la inactividad que corresponde a la semana siguiente—, que se junta con la muy reciente entrevista que tuvimos con Jay Jay French, miembro original de Twisted Sister, porque el estuvo incluso antes que Dee Snider.

De los temas que se tocaron —además de que no le ve futuro a la música, y que muy pronto leerán— es la muerte. Ya hace quince días por el Desert Fest (u Oldchella) hablamos que era el fin de una era, aquí lo pueden leer. Pero estamos en otro momento que no hemos visto todavía… mas bien que no queremos ver.

Por que es obvio, como queremos ver que esos héroes, esos que idolatramos, esos que dominan los instrumentos como pocos, sí tienen fecha de caducidad. No hablamos de la música, esa es inmortal, todos seguimos cantando «Bohemian Rhapsody» o «Purple Haze» y esos ejemplos hablan mucho de lo que queremos decir.

A Freddie Mercury lo perdimos a los 45 años, todavía relativamente joven, o por lo menos no estaba viejo aún. Además del plus, de perderle en esos momentos frente a una enfermedad «desconocida» (un mérito que no se le reconoce lo suficiente, es que alertó al plantea entero de eso y sí,»mérito» no es la palabra indicada, pero no encontramos algo que quede mejor, o por lo menos peor).

A Jimi lo perdimos a los 27, de ese que hasta tiene un club con puros nombres ilustres que se fueron muy pronto, al mejor estilo punk. Pero a lo ojos de los que no somos rockstar es lo normal, esas personas con ese ritmo de vida lo entendemos y hasta justificamos.

La romantisación de lo que lo pasó a Cobain esta más que documentada. De Hendrix se hizo parte de ese folklore que ya existía y se hizo parte de las leyendas urbanas… como que el era la reencarnación de Robert Johnson —el primer Guitar God— que dicen que le vendió su alma al diablo en ese crossroad para tocar así el blues, que curiosamente fue el que inauguró el club de los 27.

Ahora es diferente, porque además es la dificultad añadida de estar 20, 30 o más años viviendo en el mundo artístico. Los Rolling Stones están activos desde 1962, o sea que festejaron 8572653 años de trayectoria. Si sumas la edad de los 4 Stones actuales, son 289 años. Casi tres siglos.

El tiempo se ha encargado de desmitificar y bajar de ese pedestal, donde los hemos visto sufrir como cualquiera o donde de repente se van porque su cuerpo ya no lo tolera. Porque su obra va a trascender el tiempo y su vida, su legado si va a perdurar y sus nombres no se van a olvidar; pero verlos en esos últimos momentos, se siente como perder a un familiar.

Seguimos en shock por todos los que se nos acaban de ir. Sin buscar, todos siguen recordando a Bowie, Lemmy o Prince.

Qué tienen en común las visitas de The Who, Aerosmith y Black Sabbath —bandas que se han o van a presentar en el último semestre de 2016 en la CDMX— que todas anuncian como la última vez. La despedida, o algo que hago notar que ya no vas a tener otro chance de verla en vivo, no porque ya no van a venir a nuestro país, sino porque tal ves van a dejar de tocar, en cualquier parte del planeta.

Si eso le pasamos a los inmortales… que podemos esperar nosotros.