Fotos: página oficial de Facebook
Quizá así se hacen las leyendas. 1966. Liverpool. Estudios Abbey Road. Luego de haber experimentado en Revolver con nuevos alcances sonoros y poner a prueba su capacidad creativa, lejos de la agitación provocada por las giras mundiales, The Beatles decidieron entrar al estudio de grabación en noviembre de dicho año para darle vida a uno de los álbumes más influyentes y emblemáticos de toda la historia. El título mismo nos introduce a algo sui géneris: Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.
Un parteaguas por donde quiera que se le mire: la portada y sus personajes, el diseño de su caja, la mezcla de las canciones (si creyeron que juntar dos canciones era algo original de Pink Floyd o posterior, definitivamente no conocen las dos primeras canciones de nuestro congratulado álbum), los mitos y sobre todo la creación de un personaje y una temática para un disco. Esto no quiere decir que haya sido el primer álbum conceptual como tal, eso hay que dejarlo bien claro. Basta con escuchar las canciones y darse cuenta que no se sigue una narrativa o propósito en común, en cuanto a tema se refiere. De hecho hubo otras canciones contempladas para formar parte del Sgt… como “Strawberry Fields Forever” o “Penny Lane”, pero al final no fue así.
A 50 años de haber salido a la venta y formar parte definitiva de la música, este álbum rompió paradigmas y desafió lo que, irónicamente, la banda había construido unos años antes. Sin miedo a las reacciones ?quizá por la confianza en ellos mismos; es decir, ¡estamos hablando de The Beatles!? por un cambio anticipado en el disco anterior, temas como “Within You Without You” o “Lucy In The Sky The Diamonds” lideraron el movimiento psicodélico que en aquella época florecía con todo su esplendor. Hoy en día es un brillo casi intacto, quizá incomprendido, pero innegable. El hombre no llegó dos años después con la misión del Apolo 11 a la luna, sino en 1967 cuando escuchó la hecatombe sinfónica en el final de “A Day in the Life”.
Y pensar que todo empezó con un juego de palabras de McCartney. ‘Salt and pepper’. Al final este álbum también sirvió como una reivindicación creativa: ya no eran aquel cuarteto de chicos a la moda que enloquecían a la juventud con su simple presencia, los creadores de canciones cursis, ahora representadas con cuatro figuras lánguidas de cera, melancólicas, mirando hacia ninguna parte. Ahora eran cuatro locos que sabían ya cómo construir el mundo deseado. Darle una identidad a su obra y encontrar la suya propia. Los homenajes, por lo menos a nivel icónico, referentes a esta portada (The Simpsons, Cripple Crow, History Never Repeats, Aquí No Se Gana Pero se Goza, etcétera) demuestran los múltiples sentidos dados a la idea de Jann Haworth y Peter Blake.
¿Seguiremos influenciados por el Sgt. Pepper’s… cuando cumpla 64 años? Probablemente, porque un día como hoy es memorable. Porque desde hace medio siglo el mundo de la música no volvió a ser el mismo. Y tampoco la historia del cuarteto fue la misma. No exagero si me refiero a esta como una de las mejores épocas tanto profesional como personalmente, incluso tenían el mismo look. Luego vendría Yoko Ono y su amor, la muerte la Brian Epstein y las innumerables tensiones del grupo. Esta es la hermosa calma que antecede al huracán
