11 años después: Zoé y su Memo Rex Commander y el Corazón Atómico… ¿¡de la qué!?

No, no nos estamos burlando, pero todos sabemos que el nombre del tercer álbum de Zoé es demasiado largo y —a pesar de tantos años— la verdad es que sí; todavía lo recordamos. Memo Rex Commander y el Corazón Atómico de la Vía Láctea, o más fácil: MRCCAVL. Hace poco más de una década (2006, para ser exacto) Zoé sacó a la luz lo que sería la prueba de que no eran banda de un solo éxito (“Soñé”) y que tampoco necesitaban ser parte del soundtrack de películas sobre amores prohibidos como el de Ulises y Renata, y la ingrata de su hermana (nos referimos a Amarte Duele) para que una canción suya trascendiera.

“Paula”, “Corazón Atómico”, “No Me Destruyas” y otras tantas canciones que dedicaste enamorado o despechado cumplen 11 años esta segunda semana de julio. A este lo podemos considerar, no el más memorable, sino el más importante de sus discos. El camino a todo lo que se les presentaría los siguientes nueve años hasta la fecha y el salto de ser la banda “chida” que viste en el Vive Latino 2004 a llenar un Metropólitan y un Auditorio Nacional en 2006.

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También, el álbum que terminó por definir su estilo metafórico porque, para ese momento, ya teníamos claro que musicalmente, lo de León Larregui era estar en cualquier lugar del espacio menos en el planeta tierra. El Memo Rex… fue el corazón del monstruo que estaban creando porque, gusten o no de su música, hay que aceptar que hay un montón de buenas propuestas pero pocas se mantienen durante tanto tiempo. Zoé es parte de ellas.

Por favor, no nos olvidemos de la portada, podemos asegurarlo: es también la más representativa de la banda. Una ilustración y coincidencia creada por Iván Krassoyevitch (ilustrador mexicano), no a petición de ellos, tampoco inspirada en el nombre, porque esta ya existía en su portafolio, quizá hasta antes de que pensaran en el disco y fue la elegida entre otras tantas, acoplándose al cien por ciento a la idea del disco y al sentido visual que querían darle.

Aquí algunas cifras:

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Este álbum vivió también un ligero cambio en la alineación: Beto Cabrera, el primer baterista dejó la banda y como reemplazo temporal entró Siddhartha (y esto no es un dato curioso porque seguramente es algo que actualmente muchos saben) a quien le tocó estar en la grabación de la mayoría de las canciones y algunas presentaciones en vivo. Eso hasta que llegó Rodrigo Guardiola, quien permanece y apareció en las fotografías oficiales del disco en el booklet.

Este, fue también el primer disco de Zoé en tener una edición especial y a pesar de eso, era más solicitada la edición original. Después, por un cambio de disquera, el MRCCAVL dejó de producirse y se agotó el formato físico. Lo que lo convirtió casi en una reliquia: no se encontraba ni en el Chopo, pero sí en mercado libre en más de mil pesos. Afortunadamente, para quienes lo buscaban hasta debajo de las piedras, en 2015 se logró la reedición.

Han pasado entonces más años de los que creímos. Desde que escuchamos “Vía Láctea” por primera vez en la radio. Desde que vimos Tlatelolco como locación para el video de «No Me Destruyas». Todos nos estamos haciendo viejos.

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