The Carters y la opulencia

Pocas veces una definición queda tan clara como la de este ejemplo de Power Couple, donde los dos  no solamente eran una power house por separado, sino que además se siguen haciendo crecer mutuamente. Por eso nadie piensa en Nicole Kidman y Keith Urban, la diferencia de status es mucha. Britney y Justin nunca pudieron crecer juntos. Kanye y Kim… pues parece que esta de más hablar de las diferencias de talentos.

Pero Beyoncé y Jay-Z son algo aparte. Una pasó de estar en unos de los grupos femeninos más importantes, para pasar hace la figura femenina más importante de la industria – Taylor Swift es la única que le podría hacer la competencia-. Jay Z está en todas esas conversaciones sobre quien es el GOAT del Hip Hop, con los álbumes para probarlo. Además de todos los negocios en 1000 áreas diferentes.

Por eso sus tours ya eran algo que solamente pocos actos pueden lograr, llenar arenas en todas partes del mundo, setlist de casi 40 canciones, con ese nivel de producción, no por nada ya han sido los dos headliners de Coachella.  Lo cual hace todavía más notorio la manera en la que pueden lanzar un álbum. Dueños de TIDAL y en el O2 de Londres se dan el lujo de presentar su nuevo sencillo, con una frase: «buy it now». Al diablo la sutilezas. «Apeshit» era lo que estaban pasado, un vídeo donde rentaron el Louvre -si, ese Louvre- para la locación. Así se anunciaba la sorpresa del 2018.

«Summer» es la que empieza el disco, con un beat de reagge, más old school, lo más cercano a una balada en el disco, es la canción lenta, parece más canción de Beyoncé porque es la que recuerda a Lemonade -en la letra-, hasta que sigue el verso de Jay Z y no sigue tan en concordancia con 4:44, pero con el primer track te das cuenta que es el trabajo final de una trilogía. Los últimos discos en solistas nos mostraban a estos mogules de forma más vulnerable.

Que a pesar de tener todo lo que se cree que se podría desear, la experiencia humana no respeta condiciones sociales. «Apeshit», el sencillo líder y segundo track, ya pone por si solo a este álbum en el mapa. Los Carters más Pharrel en la producción; Quavo y Offset en los adlibs, puro peso pesado.

En «Boss» empieza el R&B, donde Beyonce hace lo que siempre en donde ha estado más cómoda, que incluso el flow de Jay Z es diferente a lo que esta acostumbrado, pero a pesar de que es una canción sabrosa, de esa que el baile se pone más pegadito e intimo, no deja de sorprender la letra de la canción, no solamente presumiendo el dinero que tienen -algo normal en cualquier canción con un rapero- pero esa línea de: «Over here we measure success by how many people successful next to you/Here we say you broke if everybody is broke except for you«. No es tener dinero por tenerlo. Quien lo diría. 35423942_10160696554810601_1518980184265457664_o

En «Nice» siguen hablando de su legado, es dar un paso adelante, ya no es hablar de marcas caras por cumplir -Cardi B como ejemplo-. Se trata de como los van a recordar y lo que están haciendo para eso. Como están preparando a sus hijos para eso.

El track que sigue del disco «713» tiene un toque más old school con ese piano 808. Además marca otro caso, te das cuenta que si son Los Carters, nombres de ese tamaño se acaban comiendo a los otros featuring que regularmente tiene un disco. Pero aquí se complementan, alternándose entre quien lleva el peso en la canción.

Entonces el resultado que nos da este disco son varios: Cimentar el legado de los dos, como si hiciera falta. En un mundo donde los Kendrick, los Childish y los Chance están tomando el control de la escena, llegan para poner al frente no solo los que estuvieron antes que ellos, si no los que lo pueden hacer más grandes que nadie.

El demostrar que los dos se pueden poner volver al centro de la escena -algo que incluso Kanye se les adelantó… al margen de discutir si es porque Jay también se dedicó a esa imperio que incluía tener equipos profesionales, venderlos y representar  estrellas con contratos multimillonarios-, pero es ponerlos al centro de la escena artística, esa validez que parece que últimamente el dinero hace que se pierda la perspectiva.

Esa misma validez que parece que es necesario que todo el público, Beyoncé se consiguió street cred, a puro flow. No lo consiguió por estar nalgona o porque le dieron nueve disparos. Por la manera de entregar las líneas, pero es algo que ya sabíamos, solo que quedaba de lado por esas controversias como que Beyonce es «muy negra» y «no respeta a los policías» se quedaba en el fondo lo que ella era capaz de hacer. Y deberíamos pedirle mas hip hop a Beyoncé… o a Nicky Minaj.

 

 

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