Un EP en su mayoría de colaboraciones y dos temas puros, desde Lima, Perú hasta tus audífonos, mientras realizas, ¿mientras realizas qué? es la pregunta, más allá de poder bailar, Semillero nos regala una sensación poco usual que trataremos de descubrir y una portada maravillosa por Victoria Topping.

Mírala, mírala, mírala es “Pua” en colaboración con Penya, un track de casi seis minutos y con pocas variaciones, difícil de digerir para los que esperan un cambio de ritmo o clímax, con Mikongo crearon “Eye Acuche”, interesante por el toque rústico que le dan las cuerdas de la guitarra y que de hecho, en otro tipo de música podría parecer excesivo pero aquí suena bastante bien con el ritmo de fondo.

Gotas de agua que se transforman en cascabeles, una voz femenina que va perdiendo fuerza mientras el beat de “Habu Raminibu” crece a cargo de Dengue Dengue Dengue y Ayani Huni Kuin, hasta que los dos terminan por ceder, y apagarse. La segunda colaboración con Mikongo y que le da nombre al EP; palabras masculinas en repeat, como una exigencia o la desesperación de ser escuchado, sólo viene y va, es “Semillero”.

Y llegan, solos, sin colaboración alguna para las dos últimas canciones, “Dileke”, bastan los primeros segundos para decirnos que es el mismo Dengue Dengue Dengue pero mejorado y que no tiene que ser un caos para que poder disfrutarlo, “Haarp” le da sonido a lo que se siente descansar, quedarse dormido, y abrir los ojos al mundo onírico.

Tal vez Semillero busca darnos paz o hacernos bailar, o puede no buscar nada y dejarlo libre a la interpretación de todo el que lo escuche, para nosotros es un desconecte a la prisa de la vida diaria y unas ganas inmensas de escucharlo en vivo.