The National es una de esas bandas que cuentan con la cualidad de sorprendernos con cada entrega y este nuevo material no es la excepción. La intensión y el flujo de las armonías al pasar de canción en canción generan una atmósfera menos obscura en comparación con su trabajo previo, sin perder su identidad, a su vez que en el proceso reafirman por qué son una de esa agrupaciones capaces de saciar nuestra sed y ocupar un lugar importante en nuestras playlists.
El viaje inicia con “You Had Your Soul With You”, un track que desde el primer instante invade por su armonía bastante peculiar, avanzando hasta el punto donde los graves y la rítmia de la batería iluminan el camino para dar entrada a Matt Berninger acompañado de Gail Ann Dorsey, quienes con sus voces se dan a la misión de empatar con todo aquel que en alguna ocasión ha quedado en deuda con su propio corazón y ha dejado de hacer algo simple, pero significativo, a causa de la inseguridad.
“Quiet Light” ya llevaba algún tiempo sonando en las presentaciones en vivo de la banda, pero no hay nada mejor que digerirlo directo del álbum, donde nos encontramos con una versión muy limpia y con el poder de sincronizarnos con alguna vivencia en algún punto del tiempo y aprender a no llorar.
Siempre es interesante escuchar una buena historia, pero es aún mejor escucharla de parte de alguien con la habilidad para contarla de una forma concreta e ilustrativa. Es aquí donde Matt Berninger, una vez más acompañado de Gail Ann Dorsey, nos cuenta cómo un individuo puede pedir permanencia a una persona que logra extraer la mayor sinceridad de sí misma.
Uno de los tracks con mayor poder es “Oblivions”, con la colaboración de Mina Tindle, ya que da un mayor protagonismo al presentar el miedo al olvido como una parte esencial de cualquier ciclo. Si bien parece que la melodía carece de presencia, ésta adorna de una forma muy elegante y envolvente, intensificándose con los coros y dando oportunidad al silencio de ser parte de este período.
La resonancia del órgano, una melodía de piano y breves cortes de cuerdas acompañan a Gail Ann Dorsey en una explicación que hemos escuchado muchas veces, en voz de diferentes personas, a través de todas las épocas en las que el humano ha podido expresarse de diferentes formas y que, aun así, sólo es entendible al percibir aquello con lo que nos identificamos, como es la inestabilidad e inseguridad de querer a alguien.
En “I Am Easy To Find”, canción en la que colabora Kate Stables, nuestra disposición para los otros es el mensaje más obvio, pero que se presenta de una forma incondicional, sin barreras ni prejuicios, tomando en cuenta un posible fracaso. Una forma interesante de apreciar este material es a través del corto que acompaña todo este concepto, el cual está dirigido por Mike Mills y protagonizado por Alicia Vikander, quien también es parte del arte de portada.
Una introducción instrumental titulada “Her Father In The Pool» da énfasis a una parte de este álbum, en el cual se puede experimentar un grado de desesperación. Matt Berninger, con la participación de Eva Owens, Gail Ann Dorsey y Aaron Dessner, ensamblan una serie de preguntas tormentosas, insignificantes y definitivas para cualquiera que no tenga una roca por corazón, y deja de lado lo elemental como promesa de no volver a formularlas.
“Not In Kansas” es uno de los tracks con una intervención bastante sutil, pero con una progresión amena a la que Matt le sigue el paso deshojando un presente irrelevante como el de todos nosotros, quienes somos parte de una apatía colectiva que nos lleva a un hartazgo de consecuencias que nosotros mismos provocamos. Lisa Hannigan es la encargada de encabezar “So Far, So Fast”, en la cual se dibuja un recordatorio de que lo inevitable llega sin más, algo que sin duda nos quitará el sueño más de una vez.
Un corto introductorio a cargo del Coro Juvenil de Brooklyn en “Dust Swirls In Strange Lights” forma parte de una canción con la mayor explosión de la batería en todo el disco, enumerando características de un personaje sensitivo. En “Hairpin Turns”, tema en el que Matt Berninger se acompaña de Gail Ann Dorsey, Kate Stables y Mina Tindle, el cantante enmarca el hartazgo de las ridículas y repetitivas discusiones que ocupan y hacen perder nuestro tiempo.
Como si fuera una vivencia, “Rylan” es el claro ejemplo de la preocupación de una madre o padre interesado sólo en su propio bienestar. En esta canción podemos percibir una melodía menos obscura aunque breve. Anunciando el final de este álbum, “Underwater” genera una creciente frecuencia de coros y órganos que acolchonan el piano introductorio de “Light Years”, título que permite interpretarse como la unidad de medición de distancia que podemos dar o recibir, superar para volver a alcanzar, o evitar para nunca desprenderse.