Por: Verónica de la Mora
Como uno de los estrenos menos esperados de 2020 llega la segunda parte del álbum The Waterfall de My Morning Jacket, un material reconfortante en el que cada canción explora e invita al escucha a dejar atrás los demonios del pasado para reflexionar y pensar el ahora.
Era marzo de 2015 cuando My Morning Jacket estrenó The Waterfall, un álbum distinto a lo que habíamos escuchado, un material mucho más luminoso que sus predecesores como Circuital (2011) y que marca el sello de la banda al combinar pasajes de country con rock progresivo, en el que la capacidad creativa junto a la sinceridad en las letras de Jim James dieron un disco potente.
Entre charlas y entrevistas sobre este álbum, el líder del grupo llegó a comentar que tenían suficiente material para lanzar un segundo material, el cual dejó en espera por las giras y fechas alrededor del mundo, un disco que con el tiempo llegó a estar en duda su existencia o sólo había quedado en un “veremos”.
Fue años más tarde -en medio de la crisis- el momento ideal para que MMJ estrenara The Waterfall II, un material que sirve como una continuación de las ideas y experiencias del grupo de Kentucky, con aires reflexivos como optimistas en cada una de las piezas que lo conforman.
De esta manera, The Waterfall II es un álbum que en cuestión sonora no se aleja demasiado de la línea planteada por su predecesor. No esperes escuchar algo completamente distinto a la primera parte, aquí el sonido es reconfortante y se atreven a jugar de forma «segura» con las piezas que ya conocemos. Algo a destacar es que no se siente monótono ya que cada canción es diferente la una de la otra, puedes pasar de una balada de amor a un tema con mucha más energía en las guitarras o con un interludio de piano a lo Sinatra.
Desde el primer track que te recibe con “Spinning My Wheels” encuentras una canción reflexiva donde las teclas del piano y la voz de Jim consiguen crear un escenario conciliador. “Still Thinking” y “Climbing the Ladder” nos dan esos juegos con downtempos y el rock country entre cambios de velocidad.
Uno de los highlights de este disco es “Fell You”, una balada en la que declaraciones de amor son superadas por las guitarras que crecen para apoderarse de la misma. Canciones como “Magic Bullet” y “Welcome Home” nos traen esos cambios donde la energía del saxofón con toques psicodélicos y la tranquilidad del folk muestran estas pequeñas pausas en el álbum.
“The First Time” concluye de manera rica y suave en la que la batería junto a las voces nos regresan a esas atmósferas del rock sesentero que nos invitan a sentir emociones un tanto amargas, recordándonos que el único momento que importa es ahora.
En cuestión lírica, algunos han descrito que a diferencia de The Waterfall, el cual hablaba desde el confrontamiento, esta segunda parte puede ser entendida como una resolución.
A juicio personal, ambos discos plantean conflictos y soluciones, y los pasajes de la vida de James están presentes. Tal vez The Waterfall II es mucho más emocional, y sí, nos acerca a la redención así como la búsqueda por dejar atrás los momentos malos, personas que nos han dañado para aprender de ello. De mismo modo se hace una pequeña mirada al contexto de violencia en que se desarrolló este material.
Hay discos que son la herramienta ideal para entrar en esos espacios de calma o introspección, donde no necesitas algo tan fuerte o bailable para encontrarte.
En estos tiempos turbios donde las emociones e incertidumbre pueden rondar por nuestra mente, My Morning Jacket nos traen The Waterfall II, un álbum reconfortante en el que las letras profundas de Jim James y el ensamble musical brindan una experiencia íntima, como un camino de armonía y conciliación.