Llegaron los 35 años del mejor café del mundo: sí, los Beatles mexicanos, pese a quien le pese.
Cuatro cabrones que, sobra decirlo, salieron de Satélite. Hay pocas cosas novedosas que podamos decir sobre Café Tacvba; todo el mundo, literalmente, conoce alguna parte de la historia de los Tacvbos.
Pocos podemos presumir haber vivido esa historia junto a Joselo, Quique, Rubén y Emmanuel.
Al llegar al Estadio GNP, una de las etapas menos olvidadas se hace presente: aquella cuando el cuarteto rindió homenaje a Los Tres de Chile con el disco Vale Callampa. En ese entonces, Rubén Albarrán se hacía llamar Gallo Gass. Reproducir aquel pasamontañas recortado hasta la nariz, con un guante rojo cosido en la mollera, sigue siendo un símbolo para quienes desean sentirse parte de esa historia (aunque su inicio no haya sido ahí).
Desafortunadamente, en esta “Noche Obscura”, la afluencia juvenil es escasa. La mayoría de los asistentes lucen canas o evidencian un cabello en retirada. Esta vez, nadie podrá zapatear como hace treinta años, cuando El Fin de la Infancia era un tema revelador.
“Celebración” dio inicio al recuento de 35 años, invitando a todos a sus asientos para no perderse de nada. Luego siguieron “La 10” y “La 9”, piezas del poco conocido álbum Revés/Yo Soy. Después, Rubén apareció con un atuendo blanco, evocando los inicios con su característico traje de manta, para interpretar “María”, “Las Batallas” y “Rarotonga”. Nadie pudo quedarse callado: estas canciones ya son parte de nuestro ADN.
El recorrido de personajes evocó cada época de los Tacvbos. Desde Sizu Yantra, Pinche Juan y Amparo Tonto Medardo In Lak’ech, hasta Cone Cahuitl e Ixaya Mazatzin Tleyotl, cada uno apareció acompañado de cambios de vestuario. Este repaso de “Tiempo Trascurrido” alcanzó su punto más alto con “Déjate Caer”, interpretada por Gallo Gass, desatando la euforia.
Hablar de todo lo ocurrido en 34 canciones es difícil, pero entre los momentos más significativos estuvo el guiño a Un Segundo MTV Unplugged, con versiones acústicas de “El Espacio”, “La Locomotora” y “Volver a Comenzar”.
Aunque las caras reflejaban felicidad, parecían estar llenas de recuerdos más que de presente. Y no es para menos: 35 años marcan un antes y un después en generaciones. Seguro que cada una de esas 34 canciones despertó un “Recuerdo Prestado” en los asistentes. Hoy no hubo tantos brincos, ni tanta euforia, y pocas veces se escuchó el emblemático “paparapapa eu eo”. Pero cantamos de principio a fin.
“El Fin de la Infancia” llegó con una sorpresa: Café Tacvba cumplió su antiguo decreto de hacer rock con banda. Quién diría que hoy en este festejo de 35 años literalmente la banda Cafecitos trajeron una banda sinaloense para interpretar está canción.
Entre tantas las cosas que han cambiado por estos años, y cerca del final, nuevamente se pudo cantar, con un pequeño cambio, “Ingratx”, ese tema que el mismo cuarteto había cancelado. Pero para esta celebración la trajeron a la vida nuevamente, tema que el mismo público agradeció, y nadie se ofendió; solo lo celebró cantando al unísono y a todo pulmón.
La música ya iba llegando al último compás, y, para cerrar con amor, “Eres” y “Quiero ver” fueron las predecesoras antes de iniciar, ahora sí, el mítico coro “paparapapa eu eo”, del ya convertido en himno llamado “El Baile y el Salón”. Con ello, las parejas se veían bailando alrededor, todos felices, esperando que el Mejor Café del Mundo nos dure otros 35 años más.
