Muy pocas veces se oye hablar de un músico que logra abarrotar un Lunario por tres noches seguidas. Carlos Sadness logró conquistar en su primer visita a México, lugar que lo esperaba con ansias desde hace más de tres años cuando dejo atrás las rimas para sacar su primer disco de rock Ciencias Celestes.
Las expectativas logran cautivar, y la incertidumbre de hacer su primer visita por sus propios medios es efímera y sobre todo sorprendente. La primera fecha se vivió de manera colateral al saber que podrá ser una noche ancestral; la magia, los planetas, cuerpos celestes, perseides y un cantante galactropical -así se define el propio Carlos-, hicieron de una noche única.
Un escenario sobrio como lo es el Lunario, puede ser uno de los pioneros para que en próximas visitas, puedas pasar a uno más grande y así tus visitas sean grandes y con una perspectiva fenomenal. De fondo aparecen los planetas, la principal fuente de las letras en las canciones del cantautor español y cuya esencia envuelven a cada asistente; su show nos envolvió en una manto galáctico.
Carlos Sadness se ha consolidado como uno de los cantantes más extrovertidos y uno de los más camaleónicos al pasar de un genero como lo es el rap, al indie. Y es que al escucharlo podemos encontrar la esencia de Shinoflow, y podemos distinguir que sus show son una especie de poesía, amor, rimas y mucho sabor tropical.
Con un Lunario lleno, acalorado, con personas eufóricas que hicieron fila por horas, aplausos y chiflidos, aparecen los miembros de la banda seguidos por Carlos, haciendo que el Lunario tiemble y se destroce por las almas que quieren escuchar al español. Y así empieza una de las noches más esperadas; la primera canción es «Sputnik (El día que dejaste la tierra)», una canción que viene incluida en su más reciente disco La Idea Salvaje, el cual hizo que su primera visita a México dejara boquiabiertos a aquellos que no confiaron en él en tiempos pasados.
Canciones de sus dos discos La Idea Salvaje y Ciencias Celestes, aparecen en un setlist que poco a poco iba calentando y dejando afónicos a todos. «Perseide», «Feria de Botánica», «El Gran Momento», «Au Revoir», hicieron que el piso temblara, las paredes quisieran caerse y las lamparas cambiaran de dirección.
Carlos Sadness no paró de asombrarse, cada canción que era cantada, que algunos lloraron y otros aplaudieron hasta quedarse sin sensibilidad, dieron paso a que Carlos se quedará sin palabras. En un momento todo desapareció, y Sadness nos regreso al 2007: Shinoflow apareció y con una versión diferente de «Hotline Bling» de Drake enloqueció e hizo que el Lunario cantara y empezará a pedir más.
La noche se acabo como un chasquido, y cuando menos nos lo esperamos la música se iba haciendo menos, pero los gritos pedían y pedían más, pero todo había acabado, las luces se encendieron y poco a poco el recinto se fue vaciando; la estrecha salida hace que la fluidez se vea lenta, pero los que esperan se llevan una grata sorpresa, Carlos regresa con su banda, y una mar de gente empieza a subir escaleras. Regresó solo para complacernos con su cover a The Postal Service «Las cosas que me da por pensar cuando te tengo lejos».
Carlos Sadness nos dio una noche que paso de ser algo mágico, a algo que nunca podrá volver a narrarse de la misma forma, se perderán detalles, y es que de tantos momentos únicos, detallados y que tratarás de recordar puede que se iluminaran de blanco.
¡Sadness llegó a México para conquistar a cada perseide en el cielo!