Fotos: Diego Figueroa (@halofive) / Cortesía
Con un Plaza Condesa a punto de llenarse -pero sin lograrlo- la banda galesa Catfish and the Bottlemen convocó a sus fans capitalinos a corear las canciones de las tres producciones de estudio con las que cuentan.
En punto de las 9 de la noche fue que Van McCan, Johnny Bond, Benji Blakeway y Bob Hall salieron al escenario a complacer a la gente que desde horas antes ya se había reunido en las afueras de el Plaza Condesa con el fin de alcanzar el mejor lugar para ver a su banda favorita.
La primer canción en sonar fue «Longshot», la cual se desprende del más reciente material discográfico de Catfish, titulado The Balance, el cual se encuentran promocionando actualmente. Seguida de esta, «Kathleen» prendió a los asistentes que desde el primer momento saltaban y aplaudían sin parar. Primer canción que suena de The Balcony, la primera producción de la banda.
La energía fue incrementando con «Soundcheck», canción perteneciente al segundo álbum The Ride, lanzado en 2016, para continuar con «Pacifier», «Twice» y «Fallout», con lo que casi llegamos a la mitad del set, en el que vemos a los integrantes de la banda, casualmente todos vestidos de negro, en un escenario lleno de luces y de fondo la portada de su más reciente álbum, un tucán bebiendo de una lata con popote.
El concierto continuó con «Conversation», aunque en general el público estuvo tranquilo, esta canción hizo saltar a varios, eso sí, la mayoría estaba coreando todas las canciones junto a la banda, a «Conversation» le siguieron «Anything», «Bussines» y «Sidetrack», la cual le puso fin al segundo bloque antes de dar por terminado el evento.
Mientras los asistentes coreaban al unísono «Olé, olé, olé, olé Catfish, Catfish» la banda hizo una pequeña pausa para escuchar la porra que sus fans organizaron, para posteriormente tocar «2all», «Outside», «Fluctuate».
El último bloque de canciones fueron «7», «Cocoon» y «Tyrants», siendo estas últimas súper coreadas y aplaudidas por el público que llevaba 5 años esperando la llegada de Catfish and the Bottlemen a nuestro país y, aunque la interacción banda-público brilló por su ausencia, se sintió una vibra muy enérgica de ambas partes que hicieron de la noche algo especial en el primer concierto de la banda en México.