Fotografías: Facebook Oficial
Casi para acabar el año, Moncaya nos sorprende con un proyecto español de folk mezclado con una variedad de géneros e instrumentos que busca sanarnos y conectarnos sin importar el lugar del mundo donde estemos. En esta entrevista con Virginia, la voz detrás de Moncaya, platicamos de todo: inicios, sanación, conocimientos y raíces.
Moncaya nació en España pero actualmente vive en México, y en pleno solsticio de verano, creó este proyecto el cual tiene dos canciones fuera, “Stardust” y el más reciente –y excusa para iniciar esta plática- “Leré” el cuál lleva un mensaje sobre la importancia de reconocer y saber de dónde venimos; una oda a la importancia de nuestros principios, raíces, personas y lugares que nos forjaron y nos vieron crecer.
Moncaya nació en medio de este 2020 tan raro, caótico y movido, razón por la cuál muchos amigos, artistas y músicos que rodeaban a Virginia le decían que había escogido el peor año para iniciar un proyecto, sin embargo ella no está de acuerdo, en realidad la temporalidad de Moncaya le ayudó a pensar en cuál es el objetivo de un músico ¿llenar escenarios? ¿cambiar vidas? O ¿conectar con las personas que te escuchan? Claro, esto dependerá de cada uno y es bastante subjetivo, pero su forma de ver la música es haciendo sentir a las personas.
Desde noviembre de este año empezó a hacer pequeñísimos conciertos, un poco más de 10 personas; para los números esto no sirve, pero para el impacto que Moncaya quiere tener con la música sirve, ella misma nos dice: “la gente llora, ríe, se mueve, medita… todo en poco menos de dos horas. Entonces siento que es un espacio de transformación muy poderoso que tampoco sé si podré lograr hacer con mil personas.”
Así es como por un lado siente que empezar este proyecto en cuarentena le dio una identidad y un mensaje completamente distinto al que podría tener en otro punto de la historia, especialmente porque sus canciones hablan de un mensaje de fuerza, inspiración y esperanza.
Una de las cosas que me llamó la atención desde el inicio fue sin duda el enfoque que tiene su música, ya que no abarca un “ay, me hiciste daño» o «quiero estar contigo” que aunque sean sentimientos importantes que nos pasan a todos, prefiere hablar del amor como vida de agradecer por lo que viene, lo que se va y lo que se nos está enseñando en estos momentos.
“Yo lo veo como una súper oportunidad para traer este proyecto al mundo, en un momento donde la gente está en necesidad de un mensaje de esperanza, un mensaje de toma de perspectiva. Esto va a pasar, confía y agradece por lo que ya tienes, que no es poco.”
Antes de este año, la vida de Virginia no era nada común y mucho menos tranquila; es una mujer excepcional que ha logrado hacer un montonal de cosas importantísimas. Como ingeniera civil de profesión, ha trabajado en solución de conflictos en distintos países, lo que la ha llevado a conocer extremos en cuanto a vida social, pugnas y también, distintas culturas y sistemas sociales que reconocen el arte de distinta manera. Para ampliar esto, vale la pena recalcar que Moncaya dejó su casa a los 17 años para vivir en China y un tiempo después en Oriente Medio, la razón principal fue aprender el lenguaje pero después el amor la llevó a conocer más lugares donde tenía que aprender la lengua y compartir comportamientos y costumbres.
“Hago el esfuerzo de conectar con diferentes culturas porque soy una persona hiper curiosa, entonces sé que el mundo tiene demasiado para dar y aprender como para quedarnos en nuestra casa.”
Por otro lado, a nivel musical, son los sonidos que encuentra alrededor del mundo y que han marcado durante siglos a la sociedad, lo que la inspiran y los toma con mucho honor y respeto para agregarlos a sus canciones. Aparte de los loops y controladores eléctricos que ella maneja, también usa mucho el charango, que es un ukelele de diez cuerdas originario de los Andes, así como la escala pentatónica que es muy común en la música prehispánica en Latinoamérica y Asia. “Para mí estos sonidos ancestrales me encantan, me llaman, me despiertan, me curan, me sanan y también los podemos actualizar con sonidos de sintetizadores de bits.”
Este primer encuentro con Moncaya va más allá de las dos canciones que tiene actualmente en Spotify, si la sigues en redes sociales podrás ser parte de algunas sorpresas que saca como un set de cuatro horas de meditación –una catarsis hermosa- o su serie en Instagram de “componiendo con Moncaya” que básicamente se trata de que ella pone la música y los seguidores el mensaje.
No cabe duda que esta cuarentena ha sido muy movida para Virginia quien no ha dejado de escribir música, sin embargo ni “Stardust” ni “Leré” surgieron este año. “Stardust” fue una de las primeras canciones que hizo en un momento casi catártico en su vida, mientras que “Leré” fue la primera canción que cantó en público. Desde niña ella había pasado de un instrumento a otro, con la música rodeándola todo el tiempo pero de una manera muy privada, vulnerable y personal que la llevaba a pensar que aunque tenía talento, era solo para ella, ya que no quería que la gente lo tomara como que estaba pidiendo dinero o que lo vieran sólo como un show.
“Pero eso cambió gracias a “Leré” que originalmente se llamaba “Raíces”. La canté y la gente me preguntaba dónde podía escuchar más de mi música y para mi eso fue muy especial, porque fue la canción que me hizo darme cuenta de que si a mí me sanaba la música, también mi música podía ser sanadora para otros.”
Ahora, tres años después, “Leré” finalmente salió al público después de pasar por el estudio, añadirle muchos más instrumentos y capas: “Es también una forma de compartir y dejar ir a otros.”
El coro de esta canción habla sobre encontrar raíces que te harán vivir, y ya que ella salió de su casa desde una edad muy temprana, también le abrió el entendimiento de que hay que buscar raíces, volver a casa: su casa, es un pueblo de 80 personas a las faldas del Moncayo.
En la historia Latinoamericana la búsqueda de raíces es un tema común, nos sentimos cercanos a nuestra cultura y nos enseñan a valorarla, pero también hay ciertas imposiciones que nos mantienen en un papel de víctimas y que tenemos que empezar a romper y aceptar nuestro mestizaje como lo que somos y no algo por lo que deberíamos sentir resentimiento. Al fin y al cabo, hay una diferencia entre un nacionalismo o un pasado impuesto y uno individual como se canta en “Leré”. Virginia cree que tenemos la responsabilidad de honrar nuestras raíces, porque si no fuera por lo que vino antes, no estaríamos aquí, por lo que es necesario saber nuestra historia tanto la individual como la colectiva para entender por nuestra propia mano de dónde venimos y cuáles son las variables que han creado el presente en el que vivimos para crear nuestro propio entendimiento e interpretación y usar lo que nos sirva.
“Yo siento una responsabilidad de adentrarme desde la selva a Palenque, a las montañas, con toda esa sabiduría que existió en los tiempos mexicas. Hay tradiciones hermosas como el temazcal, las plantas de poder y todas estas cosas, que siento, nos transportan a una realidad que sigue siendo la nuestra ¿por qué? Porque hay mucha sabiduría ahí que podemos usar para sanar y trabajar el presente.”
En el presente Moncaya es una semilla que fue plantada este año y que cuando crezca y se convierta en un árbol, dejará su fruto en las personas que la escuchan; a Virginia le gustaría que ese fruto lo reconozcan por ser multifacético, que sea música para respirar, relajar, meditar, reflexionar y olvidarte del mundo mientras bailas y celebras.
“La meta sí es que me escuche el mayor número de personas posibles, no quedarme en mi propio nicho porque es un Caballo de Troya, donde entras en el punto más electrónico y algo pop pero con un mensaje de lo que llaman música medicinal. La idea es crear puentes entre todos estos mundos.”
Después de esta plática bellísima y que daba para mucho tiempo más, nos despedimos de Virginia con el verdadero deseo de seguir escuchando más de ella y poder platicar aquí en Revista Kuadro la próxima vez que tenga música nueva para alargar esta conversación. Mientras la esperamos con ansias, aquí seguimos sanando con su música.