Por Verónica de la Mora
Por primera vez en el escenario del Lunario, Serbia hizo estallar el recinto ante el entusiasmo y energía de sus fanáticos que en ningún momento dejaron de saltar o corear a todo pulmón éxitos como: “Rosa Maniática”, “Monstruos” o “120 excusas”; la banda regia estuvo acompañada por invitados especiales como: Campuzano, Flecha al aire, Gil Cerezo (Kinky) y Drake Bell.
Desde las 7:00 pm, a las afueras del Lunario, esperaban “Fantasmas” con boleto en mano la entrada al lugar, a pesar del aire de la noche, había gente con souvenirs en la fila. Se escuchaba entre el público: “Isabelle es muy jota”, “Si no tocan Nave Espacial me muero”, o “Abúsame es su rola más cabrona”.
La entrada comenzó y el Lunario poco a poco se llenaba. Las bandas que se encargaron de abrir la velada llena de música y rock fueron Campuzano y Flecha al Aire.
Campuzano subió al escenario del lugar mientras el reflector iluminaba su rostro y comenzaba la primera canción con guitarra en mano. “Todo vuelve a su lugar”, “Hasta Flotar”, o “Nada es para siempre” prendieron el ánimo del público con palmas al aire y uno que otro grito que coreaba “Campuzano, Campuzano”.
La próxima banda en entrar al escenario fue Flecha al Aire, oriundos de la Ciudad de México, el cuarteto subió al escenario de forma discreta, aunque era imposible, ya que el vocalista usaba una máscara de colores. Con una voz estridente y guitarras constantes, presentaron canciones como: “Lucha”, “Nadie Salva”, “Furia”, las cabezas del público asentían en algunas zonas del lunario mientras el sudor en los músicos hacía visible el esfuerzo en cada tema.
Entre cada banda, las luces encendían y el Lunario coreaba los temas de antaño de rock como: “Sognare”, “Dime otra vez” y “Los Malaventurados no lloran”, con cierta nostalgia encontrábamos a jóvenes y no tan jóvenes en los pasillos del lugar a la espera de Serbia.
¿Ya saben lo que pasa cuando las luces del lugar se apagan? El Lunario se inundó de gritos, los celulares subieron al aire y los empujones comenzaron. Uno a uno subían los integrantes del grupo: Daniel, Lalo, JP y Neto tomaron su lugar en el escenario mientras sonaba distante el intro de “Monstruos”.
Poco a poco el calor y euforia del público fueron prendiendo la noche. Neto toma el micrófono: “Somos Serbia, es un placer”. En todo momento la banda mantuvo el dinamismo y energía con “Tiempo”, “Sol”, para pasar a los temas románticos como: “Isabelle” en el que el Lunario se pintó de tonos morados y rosa. Si volteabas la mirada podías ver a la gente cantando la letra y una que otra pareja perderse en sus ojos.
El Lunario “palpitaba”, se sentía el resonar en los pies de la gente que saltaba junto a Serbia. “Encuérate”, “Qué se encuere” se escuchaba ese grito a lo largo del lugar esperando a que Neto hiciera lo propio. Si el ánimo estaba bien, cuando llegó “Rosa Maniática”, el público se perdió, veías a la banda recorrer el escenario y compartir sonrisas mostrando la buena dinámica y el desmadre que experimentan fans y músicos al mismo tiempo.
El primer invitado de la noche fue Gil Cerezo de Kinky, cantando “Celosa”. “Así me gustas, Lunario”, gritó el vocalista mientras JP hacía un solo perdiéndose del público.
Uno de los momentos especiales de la noche fue en “Fantasmas”, donde el público recordó la primera presentación de Serbia en la CDMX, todo el Lunario en cuclillas, se preparó y saltó al unísono cuando Neto, gritó un “Wooh”. “Todos Somos Fantasmas, Serbia somos familia”. Otra de las sorpresas de la noche fue la participación de Drake Bell junto al grupo, con guitarra en mano el músico hizo que el público se perdiera en gritos.
Llegaba la última parte de la noche y los temas románticos llegaron al setlist con “Abúsame” y “Último Beso”, canciones en las que el público conectó con la letra, desde chavitos hasta adultos en el Lunario se observaba la gente sintiendo el momento.
Para terminar la velada, Serbia cerró con “Tu” y “Yo”, cargando de energía en las guitarras y batería. Serbia se despidió del escenario del Lunario mostrando que el impacto y empatía con su público crece gradualmente, y esa conexión creada a partir de la música se deja ver en coros ahogados y el rock en cada integrante del grupo.
