Primero que nada, soy abiertamente feminista y no, no odio a los hombres ni me creo mejor que ellos, mucho menos quiero invadir Rusia durante el invierno con mi vagina y sí, a veces me molesta que todos estos estereotipos, clichés y argumentos sobre el aparente «igualismo», demerite el esfuerzo de miles de activistas que luchan por los derechos de las mujeres alrededor del mundo.
Hace poco sucedió que un colega dijo que no entendía por qué se realizaban entrevistas con enfoques de género a las bandas integradas por chicas, porque vamos, «ellas solo eran músicos y no otra cosa». Eso me indignó por las siguientes razones, la primera ¿Quién eres para asegurar que un músico solo se limita a crear música sin alguna otra inquietud intelectual? ¿Por qué creer que la música no puede tener un aspecto social? Y lo más importante ¿La música no debe tener perspectiva de género?
Si bien es cierto, puede que no todas las mujeres que hagan música se consideren feministas o crean que lo que hacen sea de esta índole, pero algo 100% seguro es que se encuentran en la misma lucha que todas las mujeres que se dedican a a la música: la búsqueda constante de espacios y la visibilidad en un medio dominado por hombres -como todo en la vida-.
Muchos dirán, eso no importa, a todos los que se quiere dedicar a esto, les pasa. No, no a todos les pasa y lamentablemente no solo ocurre en este campo, también ocurre en la ciencia, el cine, la política, el arte. Es un hecho que sin importar sus capacidades tanto físicas como intelectuales, a las mujeres les cuesta un poco más de trabajo posicionarse en el lugar donde quisieran estar ya que tienen que batallar con monstruos como la brecha salarial y violencia de género, solo por mencionar algunos que si no, nunca acabaría.
Con lo anterior no quiero victimizar a nadie solo pretendo hacer visible lo que hemos evadido durante tantas décadas; para que no crean que les miento, chequen un cartel de cualquier festival y busquen el talento femenino, ¿cuantos encuentras? ¿Tres? ¿Cinco? Tan solo revisar el cartel del Vive Latino -uno de los festivales más grandes en latinoamérica- son aproximadamente SIETE talentos femeninos distribuidos en los dos días…. ¿Y sigues pensando que para todos es igual o solo está en nuestra mente?
Para fortuna -o desfortuna- de muchas y muchos, el feminismo se ha colado poco a poco al mainstream, se ha capitalizado y en la música especialmente se ha hecho notar cada vez más fuerte, no por nada hace unos días se realizó la primera edición del GRRRL NOISE que contó con la participación de Warpaint, Cat Power, Best Coast, Sotomayor y Girl Ultra, no por nada una de las bandas más involucradas en el activismo feminista, las Pussy Riot , serán parte del #VL18 y no por nada St. Vincent será uno de los headliners de Ceremonia. ¿Estrategia de marketing o inclusión? Realmente los divide una línea muy difusa.
Sin embargo, pese a esta «popularidad» en el consumo de todo aquello que lleve la palabra «feminist» -gracias Beyoncé-, la música ha sido una gran aliada del feminismo desde sus inicios, ya que a través de ella se logran transmitir mensajes de lucha, respeto, autoestima y sororidad, no solo entre mujeres sino con todo aquel que entienda y esté dispuesto a aceptar que este problema de desigualdad y violencia hacia lo femenino existe en diferentes contextos y niveles de privilegio.
Canciones como «Respect» de Aretha Franklin o «Tomboy» de Princess Nokia han acompañado al feminismo durante periodos y latitudes distintas del movimiento. La mejor parte de que el espectro del feminismo haya llegado a diferentes partes es que se adecua a todos los gustos musicales que van desde el pop con Beyoncé y Madonna hasta el hip hop con Mare Adevertencia Lirika, Jezzy P,o los clásicos de Chaka Khan, o el rock de Kim Gordon o Janis Joplin, aquí no hay preferencias correctas. Lo correcto es la empatía.
La humanidad aún tiene muchas batallas que vivir para lograr esa anhelado equilibrio que ha buscado desde siempre, y seas feminista o no, la música siempre va a acompañar las revoluciones sociales y de pensamiento para recordarte que en la lucha por vivir libres y sentir sin miedo, no estamos solxs.