Tras dos fechas explosivas de talento nacional, el Lunario del Auditorio volvió a abrir sus puertas a las nuevas propuestas musicales del país. Alice True Colors, Ampersan, Iván García y los Yonkis y Paulo Piña fueron las bandas encargadas de darle vida al tercer día del Festival Tierra Adentro. Algunas con un público medianamente consolidado, y otras con toda una multitud por conquistar, las bandas dieron rienda suelta a una auténtica fiesta de talento, ritmos eclécticos y nuevos sonidos por conocer.
Ampersan, banda jalisciense integrada por Zindu Cano y Kevin García, fue la encargada de abrir el escenario. Ataviados con motivos tradicionales del folclor mexicano, esta banda fue bien recibida por el público presente, que si bien no los conocían, se entregaron por completo a la propuesta de música tradicional con tintes de rock que Ampersan ofrecía.
A diferencia del común de los conciertos, no había coros de multitudes, gritos eufóricos o bailes desenfrenados, pero sí cabezas en movimiento, unos cuantos pies siguiendo el ritmo de melodías que se resisten a morir con el paso del tiempo. Herencia caída en jóvenes y talentosas manos que intentan rescatar aquella música con nuevos aires.
Con unas cuantas canciones como «El compromiso», «El zapateado» o «Libro de cantos», los Ampersan transportaron al público a un pasado de bailes folclóricos, fiestas patronales y hasta rituales prehispánicos, todo con un toque contemporáneo que solo una guitarra eléctrica y unos riffs bien pensados pueden dar.
Iván García y los Yonkis fueron los encargados de continuar con la velada y levantar a de sus asientos improvisados a quienes habían disfrutado la presentación anterior en la comodidad del piso. «Panteón» fue la carta de presentación para quienes escuchaban por primera vez a la banda oriunda de Puebla, la cual fue ovacionada una vez instalada en el escenario.
Los gritos indicaron que una importante cantidad de asistentes habían ido a apoyar a Iván García y compañía, quienes se manifestaron emocionados por estar en tierras chilangas, e invitaron a disfrutar con entusiasmo aquella noche.
Temas como «La cita» y » Soundtrack Para un Cuento de Terror» invocaron los coros de fans quienes alzaron los gritos al cielo al escuchar los primeros acordes. Para este último tema fue invitado al escenario Paulo Piña, quien tras adueñarse del teclado puso a bailar a la concurrencia para despedir con un merecido aplauso a los Yonkis.
Tras finalizar esta presentación, parte del público abandonó las instalaciones del Lunario, el cual había lucido hasta entonces a mediana capacidad.
Acompañado de la banda veracruzana The Flavor Monkeys, Paulo Piña subió al escenario emocionado por tocar por primera vez en el foro alterno del Auditorio Nacional. El quizá menos conocido de todos los participantes de aquella fiesta, músico de Baja California Sur radicado en Veracruz, dio muestra de algo que él mismo llama «pop rock estridentista»; una fusión de diversos géneros musicales donde su prosa informal, casi irreverente, que da como resultado un sentimiento salvaje instantáneo. Esto cautivó a más de uno.
Sin la ayuda de coros eufóricos que lo acompañaran, temas como » La teoría de la sandía» ,»Puta» (dedicada sin querer ofender a la feministas), «El diablo» o «Micro pom pom», pusieron a bailar a unos cuantos, quienes disfrutaban de esta divertida y arriesgada propuesta musical, tan diferente a las anteriores que ya habían sonado en el escenario. Uno a uno fueron presentados los integrantes de la banda, quienes arrancaron algunos suspiros al público femenino ahí congregado.
Tras concluir su presentación , el músico agradeció el apoyo tanto del público como de los organizadores del evento, e invitó a seguir de cerca su propuesta en redes sociales.
La noche finalizó con la agrupación yucateca Alice True Colors, quienes tras un breve contratiempo por fallas técnicas subieron por fin al escenario entre aplausos y unos cuantos abucheos de algunos impacientes. Para esa hora el número de asistentes había reducido considerablemente, pero quienes quedaban estaban firmes en aguantar hasta el final.
Hace algunos años hubiera sido difícil creer que una banda del sur llamara la atención en el centro del país, no obstante, estos chicos han sabido crear un buen sonido synth-pop con tintes de electrónica y funk, mismo que provocó una oleada de movimientos corporales en el público. Ya fuera solo la cabeza, los pies, los brazos o de plano todo el cuerpo, el frenesí creado por la atmósfera electro pop no dejó a nadie parado.
Lo escaso del público no menguaba los ánimos, al contrario, dejaba más espacio para bailar, disfrutar y sentir aquellas melodías. Ya fuera en pareja o en grupos, bailes surrealistas tenían lugar en aquella pista improvisada. Fue al ritmo de «Caribe», » Líneas», «Miami», «Tráfico» «Salvajes» y algunas otras más, que el tercer día del Festival Lunario Tierra Adentro dio por concluido, no sin antes advertir que la noche siguiente habría más sorpresas y un cierre sensacional
