Un largo camino era el que se debía recorrer para poder accesar al venue pues el Parque Naucalli es bastante grande pero aun así muchos aprovecharon el paso para reclutar a sus compañeros de la noche entre bromas y risas se logró unir una cantidad increíble de personas ansiosas por disfrutar de este grupo español.
A pesar de ser un ensamble diferente al acostumbrado fue perfecto al iniciar su show. Pau salió con su ukulele para capturar la atención de todos pues nos dio introducción para acompañar el frío y poner a la audiencia en mood apapachador.
La alineación se conformaba de guitarra, percusiones, chello, contrabajo y piano el cual fue la en engrane principal que orquesto todo el evento y que desde sus primeras canciones cautivo a todo oyentes. «Estamos prohibidos», «Libre», «Depende» y «Bonito» fueron el boom para que todos se pusieran a cantar.
Entre canciones, Pau se ponía de pie para mandar besos y contar una pequeña anécdota que sirviera de explicación del porque se escribieron dichas canciones llevando a su publico a buscar dentro de su imaginación la facilidad de interpretar temas sugerentes no aptos para hablarlos crudamente por los menores presentes.
Entre canciones e historias el público fue conquistado por Jarabe De Palo, con un ensamble bello, exquisito,en el que cada elemento tenía su lugar y espacios para brillar; en repetidas ocasiones el chello robo la atención con su suavidad entre silencios
Un emotivo y alegre homenaje a Celia Cruz y «La Flaca» anunciaban ya la partida y después de un breve descanso, los músicos volvieron para dar un par de canciones mas y permitir que su público no se quedara con ganas de más y aún así el mismo Pau regresó al escenario para cantar «El Rey», explicó que era su canción motor interpretada por Vicente Fernández para hacer el recorrido de vuelta a casa después de sus continuos paseos al parque durante la recuperación de su operación. Finalmente con los brazos arriba se despidieron de Naucalpan prometiendo volver.