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Por: Verónica de la Mora
Dentro de la diversidad de sonidos y escenarios a lo largo de Latinoamérica, Perú siempre ha ocupado un lugar especial gracias a esos ritmos que nos llevan en un viaje a través de las montañas e instrumentos tradicionales.
Más allá de esta herencia cultural, la música dentro de este país ha llevado líneas diferentes, de las cuales el indie folk ha conseguido esa atmósfera íntima y especial como en el caso de Alejandro y María Laura.
Viajeros, co-autores, y pareja, la dupla conformada por Alejandro Rivas y María Laura Bustamante comenzaron su “camino” musical desde 2009. El grupo ha lanzado 3 álbumes a la fecha: Paracaídas (2013), Fiesta para los muertos (2013) y La Casa No Existe (2017).
En cada uno de estos materiales podemos percibir una aura sensible en la que temas románticos, un tanto alegres y reflexivos son enmarcados por guitarras acústicas y voces aterciopeladas que a lo largo de cada canción suben la energía al incorporar elementos más electrónicos o bailables.
Por ahora el grupo se mantiene estrenando sencillos, adaptándose a los cambios que ha traído consigo el periodo de cuarentena. Como una etapa de exploración, Alejandro y María Laura presentaron “Sana Sana” y “La Princesa y el Río” con un sonido cercano al pop.
Asimismo, en cuestión lírica la banda pretende hacer un ajuste al abordar la realidad como eje central en problemáticas como los micro-machismos, el deterioro del medio ambiente y la obscenidad del capitalismo actual. Además, experimentando una nueva etapa personal con la paternidad, ha influído en la forma de componer actualmente: “Los problemas nos afectan más ahora que somos padres. El futuro es tan concreto como nuestra hija. El futuro es su futuro”. Comenta Alejandro.
En su último sencillo: “Siempre Siempre”, la dupla nos muestra un lado tierno y lúdico al hablar acerca del amor incondicional tomando como principal motor a su hija de 3 años. Por otra parte, en cuestión sonora, se hacen presentes los sonidos del saxofón, y trompetas haciendo de esta canción una experiencia musical distinta a lo que habíamos escuchado en sencillos anteriores.
La música folk siempre encuentra ese espacio único donde las guitarras tranquilas pueden combinarse con ritmos más movidos y hacernos parte de un momento íntimo, esto es lo que podemos experimentar al escuchar a Alejandro y María Laura, sinceridad a través de sonidos acústicos.