Toda gran historia tiene su mito. Digo sin temor a exagerar que esta historia tiene la misma importancia de un mito fundacional de alguna gran cultura. En esta época donde la información viaja más rápido que nunca es notable la persistencia; en el mundo musical las excepciones son pocas pero datan en su mayoría del siglo pasado. Hoy, hace 60 años dos adolescentes se conocieron en un concierto (en realidad era una suerte de festival caritativo) organizado en una iglesia en Woolton, suburbio perteneciente a Liverpool, Inglaterra. Quizá este suceso no tendría nada de espectacular a sino fuera porque aquellos chicos interesados en la música se llamaban John Winston Lennon y James Paul McCartney.
John tenía una banda incipiente, con percusiones improvisadas y un solo micrófono. Ellos tomaron el nombre de la escuela donde estudiaban: Quarry Bank High School. Se hacían llamar The Quarrymen, Johnny and the Moondogs o The Blackjacks. Entonces, el joven John ya había conseguido su primera guitarra; regalo de su mamá Julia y a espaldas de la tía Mimí, la verdadera mujer que lo crió. Paul era como cualquier otro chico de Liverpool, que aprendió a tocar guitarra por su cuenta y también admiraba a Elvis Presley. Fue Ivan Vaughan quien hizo posible que se conocieran: él nació el mismo día que Paul y eran amigos desde que ambos tenían uso de razón; pero también formó parte de la banda de John en algún momento, así que pensó sería buena idea presentarlos.
La historia cuenta —en la serie documental The Beatles: Anthology y así lo ha contado Paul mismo— que fue la manera de tocar de Paul (todos sabemos que es diestro), así como la manera de interpretar «Twenty Flight Rock», un éxito de Eddie Cochran, lo que sorprendió a John. Entonces decidió unirlo al proyecto de The Quarrymen. McCartney convenció a Lennon de invitar a unírseles a un muchacho mucho más joven que ellos, pero que tocaba como nadie más lo hacía. Con recelo, John cedió a conocer al joven virtuoso George Harold Harrison. Richard Starkey se incorporaría muchos años después, y aunque mañana sea su cumpleaños, esa es otra gran historia por contar (pero si quieres leer más al respecto, puedes dar clic aquí)
Si bien la formación de The Beatles no vendría sino algunos años después, sí es importante este evento pues este par cambiaría por siempre el curso de la música en Inglaterra, en Reino Unido y en el mundo. Y digo que es un mito porque si no hubieran pasado las cosas como pasaron una de las mancuernas musicales más relevantes de nuestra era no habría existido.
Qué se yo si la música de The Beatles fue comercial o no, si la música no lo fuera no sería la gran industria que es; tampoco sé si son sobrevalorados, pero si la gente sigue hablando de ellos luego de 50 años de su separación, sigue comprando las reediciones de sus álbumes o, ya como solistas, siguen abarrotando los lugares donde se presentan creo que es por algo. Es un legado que no se puede negar independientemente de tus gustos. Y todo comenzó así, como una casualidad
Celebremos hoy, pues, la casualidad