Hablar de Alejandro Marcovich es referirse a una de las figuras más influyentes del rock en español. Su estilo inconfundible, su virtuosismo en la guitarra y su constante búsqueda de nuevas sonoridades lo han convertido en un ícono de la música en Latinoamérica. Desde sus días con Caifanes, su legado ha sido imborrable, pero lo más interesante es que, lejos de vivir del pasado, Marcovich sigue innovando y explorando nuevos horizontes musicales.

Su trayectoria es amplia y diversa. Desde sus primeros pasos con Leviatán y Las Insólitas Imágenes de Aurora, Marcovich ya demostraba una destreza excepcional con la guitarra, lo que lo llevó a convertirse en una pieza clave de Caifanes. Su llegada a la banda en 1989 marcó un antes y un después en su sonido, consolidándose en álbumes como El silencio y El nervio del volcán, donde dejó solos de guitarra icónicos y una huella imborrable en el rock en español. Canciones como No dejes que, Miedo y Afuera son impensables sin su particular estilo, que combinaba influencias del flamenco, el rock progresivo y la música tradicional mexicana.

Pero el talento de Marcovich no se limitó solo a Caifanes. A lo largo de los años, ha trabajado con diversas bandas y proyectos, incluyendo Santa Sabina, El Círculo, Los Estrambóticos, Rita Guerrero, Yucatán a Go-Go . También ha producido música para otros artistas y explorado distintos géneros, demostrando su capacidad de adaptación y su insaciable curiosidad musical.

A pesar de su consolidado estatus como leyenda del rock, Alejandro Marcovich no se ha quedado en su zona de confort. Su más reciente EP, titulado ¡La gente como quiera baila!, es una prueba de su versatilidad y de su deseo por seguir evolucionando. En este nuevo material, Marcovich se aventura en terrenos inesperados, fusionando su característico sonido de guitarra con géneros como cumbia norteña, bolero, quebradita y sierreño.

Este EP fue grabado en Monterrey y cuenta con la producción de Jair Alcalá, reconocido por su trabajo con exponentes de la música regional mexicana y ganador del Latin Grammy. Además, Marcovich ha contado con la colaboración de talentosos músicos como Banda La Treviñosa, Andy Aranda y El Plan, quienes aportan una nueva dimensión a su propuesta musical. Con este material, Alejandro Marcovich no solo rompe barreras entre el rock y la música popular, sino que también demuestra que la guitarra sigue siendo un instrumento capaz de conectar distintos mundos sonoros. Es un trabajo que sorprenderá a sus seguidores de siempre y que, sin duda, le abrirá las puertas a nuevas audiencias.

Como parte de la promoción de ¡La gente como quiera baila!, Marcovich ha anunciado una serie de presentaciones en distintas ciudades de México. El próximo 29 de marzo de 2025, se presentará en el Corvo Motorcycle Lounge en CDMX, donde ofrecerá un recorrido por su vasta trayectoria. En este concierto, los asistentes podrán disfrutar de lo mejor de su etapa con Caifanes, así como de su trabajo solista y, por supuesto, de su nuevo EP. Este show promete ser una experiencia única, en la que el público podrá presenciar de primera mano la evolución musical de un artista que sigue desafiando los límites del género. Será una oportunidad para ver en acción a una leyenda viva, un músico que ha sabido reinventarse sin perder su esencia.

Más allá de su inigualable talento como guitarrista, Alejandro Marcovich es un arquitecto del sonido, un creador de atmósferas y emociones a través de la música. Su influencia se extiende mucho más allá de su trabajo con Caifanes, ya que su forma de tocar y componer ha inspirado a generaciones de músicos en México y Latinoamérica. Lo que distingue a Marcovich de otros guitarristas no es solo su técnica impecable, sino su capacidad para dotar a cada nota de una carga emocional única. Su guitarra no solo suena, sino que habla, cuenta historias y transmite sentimientos. Ya sea en una canción de rock, en una cumbia o en un bolero, su toque es inconfundible y su visión musical sigue siendo innovadora.

En un mundo donde muchos artistas viven de la nostalgia, Marcovich sigue mirando hacia adelante, explorando nuevas formas de expresión y llevando su música a terrenos inexplorados. Su nueva etapa es un recordatorio de que la verdadera esencia del rock no está en aferrarse al pasado, sino en la capacidad de reinventarse una y otra vez.