Detrás de cada expresión artística —ya sea pintura, teatro, danza y la misma música—, existe un contexto político, social y cultural determinado. Es a través de estas que el ser humano expresa su sentir, la aceptación o negación respecto a la época histórica que le ha tocado vivir.
La música en especial, a lo largo de la historia del hombre, ha servido como herramienta y arma para las luchas políticas y sociales. Melodía y letra se han han fusionado varias ocasiones para denunciar, dar a conocer posturas, ideología, palabras que no son fáciles expresar de otra forma y que de otro modo no tendrían tanto alcance.
Es así como de un universo de álbumes, han surgido canciones que por su contenido temático, su intención política e incluso el lugar estratégico donde fueron tocadas es que se han convertido en himnos y estandartes de luchas sociales. “Las mejores canciones políticas son periscopios que nos permiten ver una parte de la historia”, dijo una vez Dorian Lynskey , periodista y colaborador del diario The Guardian.
Un ejemplo de lo anterior, y bastante contemporáneo a los llamados «millenials», es , American Idiot , sencillo y séptimo álbum de la banda de punk rock Green Day. Este material hace critica a la sociedad estadounidense contemporánea a través de un personaje ficticio, Jesus of Suburbia; además de oponerse a la administración del entonces presidente George Bush.
La situación de las que nos hablaban Billie Armstrong y compañía al parecer no ha cambiado mucho desde aquel lejano 2004. La música sigue usándose como herramienta de crítica y denuncia, pero son los personajes y las situaciones contra quienes se usan son los que han cambiado.
Actualmente el mundo entero esta sumido en la tormenta del «Trumpismo» . Para pocos es noticia los comentarios y discursos racistas que él ahora presidente electo ha hecho e hizo durante su campaña a lo largo de los últimos meses.
Estas declaraciones no han sido ajenas al mundo de la música, pues más de uno se ha manifestado abiertamente en contra. Ejemplo claro de ello es el proyecto ’30 days, 30 songs’, donde días previos a la elección varios músicos estadounidenses se unieron para crear un playlist donde manifestaban su repudio a las políticas racistas del empresario, esto con la finalidad de alentar a sus fans a votar por la oposición. Artistas como Death Cab for Cutie, R.E.M., Aimee Mann, Thao Ngunyen, My Morning Jackets, Jim James, entre muchos otros, son sólo algunos de los que colaboraron para hacer escuchar el sentir no sólo de la comunidad latina , si no de una gran parte de la población estadounidense.
Luego de que se diera a conocer el triunfo de Donald Trump, Occidente, y especialmente Latinoamérica, se ha sumido en una incertidumbre principalmente política y financiera, pero también cultural y social. Los gestos racistas de parte de los círculos estadounidenses más conservadores no se han hecho esperar, lo que ha puesto en cuestión el destino que les espera a los más de 55 millones de hispanos que viven en Estados Unidos.
En el mundo de la música, bandas como The Killers en su más reciente participación en el Corona Capital 2016 manifestó su apoyo a los mexicanos. Brandon Flowers, líder y vocalista expresó que “No importa quién sea nuestro presidente, todos somos hermanos y hermanas. Todos somos americanos”.
Seguramente en futuras presentaciones de bandas extranjeras podremos ver el mismo apoyo hacia los mexicanos y hacia la comunidad latina en general ante los ataques de odio y racismo. La música como lenguaje y expresión universal servirá no sólo como herramienta de denuncia y crítica social, tendrá ahora un papel fundamental en el fortalecimiento de lazos entre ambas naciones
