TXT: redacción RK
Imágenes: cortesía NOFM radio
Si lo tuyo no son las sorpresas, si te gusta tener todo en absoluto control, si no le tienes cariño al intento, probablemente, seguirás sintonizando el club de los Beatles o los mismos noticieros, interrumpidos por toneladas de comerciales sobre aseguradoras y clubes de optimismo por el resto de tus días.
¿Qué pasaría si un día, como quien decide tomar un atajo, en lugar de caminar por la avenida principal, giras la perilla digital para zambullirte en las profundidades de la radio por Internet? Disponerse al hallazgo no es para todos, pero te aseguramos que la exploración resultará más que refrescante.
Un día, una pandilla decidió desconectar su estéreo para nunca más volver, en lugar de permanecer en silencio, optaron por el ruido y sus veredas, como vías de creación, y sin saber exactamente el rumbo, emprendieron una aventura radiofónica que hoy por hoy, tiene un sello indiscutible. En busca de un espacio propio, luego de notar que los grandes medios de comunicación no estaban -y no están- interesados en ofrecer experiencias de escucha, NoFM ha apostado, a lo largo de siete años, por devolver a quien está detrás de las bocinas o entre los audífonos, puntos de encuentro, pequeños oasis en un desierto de ideas.
La única forma posible de lograrlo, de entablar auténticos diálogos con quien presta sus oídos, ha sido en comunidad, apostando siempre por integrar el entorno y responderle de múltiples formas, como sus interlocutores, lejos de la verticalidad de quien cree poseer toda la verdad.
En un país de extremos y que no pierde su vocación extremista, es necesario un medio completamente independiente que pueda servir de contrapeso, que se permita la experimentación, que trace sus propios mapas del desvío. Este año que comienza, esta estación que hoy se hace acompañar de las y los radioescuchas más amorosos del espectro resonante, abre su archivo sonoro, invitando a explorar lo inesperado, y nos da la bienvenida a su nuevo acervo de podcasts, una radiografía de las voces y sonoridades que han dicho no a la radio tradicional porque, como comparten al unísono:
“NO, al final del día, es una afirmación. Cada uno de los NO que adoptamos como propios hace nacer un ejército de SÍ que nos define como personas, como comunidad y como sociedad. El futuro que buscamos está sembrado de NO porque es un SÍ a nosotros mismos.”