Cada vez que se voltea al pasado, que se escarba un poco en las producciones de hace tiempo nos damos cuenta que somos un público que se emociona con muy poco.

Aquí pido perdón de antemano por escribir lo siguiente, Justin Bieber cantando «Despacito» causó revuelo en la jungla de opiniones que llamamos redes sociales, opiniones divididas, ovaciones exageradas y críticas durísimas pero a fin de cuentas logró, como siempre, que se hablara de él y es donde te pones a pensar ¿Qué está pasando? ¿De verdad no hay nada más interesante de que hablar?

Hubo un tiempo en que un tal Dick Cavett tenía como invitados en su programa a John Lennon, David Bowie, Janis Joplin o a Woody Allen, Groucho Marx, Salvador Dalí, Marlon Brando hasta The Muppets  y un hermoso y asombroso etcétera ¿Se imaginan algo así en la actualidad? Claro que no, no lo podemos imaginar por que no tenemos suficientes personajes de calidad para repetir lo que por décadas logró The Dick Cavett Show.

Crear polémica en estos días es tan fácil que basta con menos de 140 caracteres (¿verdad señor Trump?) cualquier tema puede ofender a cualquier persona y es donde la polémica se vuelve un problema y no una alternativa, como sí  lo fue en la década de los 60 o 70. Polémico fue su segundo programa donde tuvo como invitada a Christine Jorgensen controversialmente conocida por ser transgénero. Estamos hablando de un programa que fue emitido en 1968 donde se era menos tolerante con estos asuntos o podemos hablar de las múltiples charlas sobre temas políticos que sostenía con sus invitados como Buckminster Fuller con quien discutía «cómo los políticos podrían eventualmente convertirse en obsoletos gracias a los avances tecnológicos.»

Por otro lado, la época donde se emitía The Dick Cavett Show le permitió tener como invitados a auténticas leyendas de la música que escuchamos todos los días y cuya importancia en la música actual es tal que sin ellos las cosas estarían incluso peor de como ya están.

Memorables fueron las entrevistas con John Lennon y Yoko Ono, particularmente serios, sin embargo la sutileza de Cavett y su excelente conversación sacaron un lado cómico de Lennon y nos hace pensar en el impacto que podría tener en estos días una entrevista de tal magnitud.

 

Un Jimmy Hendrix que hacía reír al mismo Cavett y que al momento siguiente hacía magia con la guitarra, siempre fiel a su estilo único. O una Janis Joplin que al comenzar la entrevista estaba totalmente exhausta por darlo todo en el escenario.

Hoy se nos hace imposible imaginar al mundo musical sin estos personajes, pero en su momento eran estrellas o estaban a punto de serlo, hoy son leyendas, pero en sus inicios nadie podía imaginar el impacto que tendrían con los años, al hacerlos formar parte de su programa, Dick llevaba un peldaño más alto a los grandes músicos que en estas entrevistas parecen tan naturales, ni siquiera ellos tenían idea de las leyendas que se crearían a partir de su trabajo.

Acercó a más gente a introducirse en el mundo del rock y la música, al ser un conductor cuya debilidad por la música nos regaló estos grandes momentos, donde descubriríamos un lado más intimo, más humano de quienes hoy vemos casi como deidades.

Cavett era un tipo que sabía de lo que hablaba, conversaba más no entrevistaba, no agobiaba a sus invitados con una lluvia de preguntas o queriendo forzar una respuesta. El sólo se sentaba ahí y disfrutaba y eso lograba que sus invitados, siempre de lujo, se divirtieran también.

Los programas actuales no suelen durar mucho, son desechables y absurdos, no así el de Dick Cavett que durante más de cuatro décadas daba cátedra de cómo un show puede prosperar y perdurar con la calidad suficiente que el público merece.

 

La fórmula era sencilla, buenos invitados y buen contenido. Pero eso no es suficiente para alcanzar el éxito real, se necesita que el anfitrión sea alguien que sabe lo que está haciendo y que lo haga como lo hizo Cavett que demostró que una buena conversación hace buena televisión.

Afortunadamente en YouTube puedes ver los programas completos de The Dick Cavett Show y sentir cómo se eriza la piel de ver a tantos personajes memorables y disfrutar de los tiempos cuando la televisión era buena y se podía disfrutar de estos programas.

Ladies and gentlemen…