Laura y Jason llevaron la magia de Coldplay a personas sordas

“Las personas sordas nunca habían estado en contacto tanto así con la música», dice Laura Bustamante. TikToker e hija de madre y padre sordos, la joven llegó a Monterrey, Nuevo León, hace apenas dos meses, sin saber que pronto su dominio de la Lengua de Señas Mexicana (LSM) la llevaría a colaborar en la actual gira de Coldplay.

¿Su misión? Interpretar en vivo y completo el concierto de la banda británica a un grupo de personas sordas que asistieron a las presentaciones en el Estadio BBVA. La emoción de Laura era tal que no podía creer la noticia, a pesar de que el equipo organizador ya la había contactado. 

“Yo quería quedar, de verdad moría, lo sentía en mi corazón, que iba de la mano con lo que yo estoy haciendo ahorita”, dice la joven, quien ha forjado una sólida comunidad en TikTok, donde muestra la cotidianidad, la cultura y la lengua de las personas sordas.

Finalmente llegó la confirmación. Ese día “le hablo a Jason, al de Costa Rica, y le escribo ‘¿Qué crees? Acabo de quedar, por favor, mándame las canciones porque ya quiero empezar a practicar’. Entonces con Jason fuimos de la mano en esto”. 

Laura Bustamante se considera «rara» en sus gustos musicales, aunque le gusta Coldplay, por ahora está escuchando géneros más tropicales como Bomba Estéreo

Laura se refiere a Jason Alvarado, periodista y relacionista público costarricense que días antes se encargó de interpretar en San José los conciertos con los que Coldplay arrancó su gira mundial “Music of the spheres”. 

Hijo de madre sorda y certificado en Lengua de Señas Costarricense (LESCO), estaba preparado para la tarea, sólo le faltaba una cosa: aprenderse las más de 20 canciones que forman parte del setlist de Chris Martin y compañía.

“Para mí fue muy retador y también de pensar si realmente iba a poder hacer el trabajo que me estaban solicitando. Finalmente decidí aceptar”, recuerda.

La lista de canciones con sus respectivas letras las recibió la misma semana del concierto “y a partir de ese momento fue pura preparación, todos los días ensayar, conocer las canciones, entender mejor las letras y decidir cómo lo iba a interpretar en LESCO”.

Aunque se acompañaron en esta travesía, Jason y Laura no ahondaron mucho en la señas que utilizarían debido a que las lenguas de señas tienen diferencias en cada país.

Del inglés a la lengua de señas, de las señas a la experiencia 

“The wheel breaks the butterfly” dice en una de sus líneas “Paradise”, uno de los temas más famosos de Mylo Xyloto, el quinto álbum de estudio de Coldplay. Pese a esa popularidad, la frase no tiene mucho sentido traducida de manera literal al español. Pasarla a lengua de señas era un reto aún mayor.

“La realidad es que para interpretar una canción es mucho trabajo, es aprenderte la canción en inglés, pasarla a español y de español a LSM, que es una estructura gramatical diferente”.Laura Bustamante

“Es una metáfora como de que a una mariposa nunca la estrangularías porque es una mariposa. Entonces yo decía ‘a ver, cómo interpretar eso, si digo ‘la mariposa en la rueda’ van a quedarse con cara de ¿de qué habla?», explica.

Con señas y algunas palabras habladas, Laura muestra cómo resolvió la traducción: “puse: imagínate que a una mariposa la aplastas, pues no”.

La complejidad no sólo consistió en darle sentido a las palabras y oraciones. Laura y Jason tenían un reto mayor: transmitir la experiencia de un concierto. 

Imitar los movimientos de Chris Martin, su gestualidad y alargar o apresurar las señas para que coincidieran con el ritmo del vocalista fueron tareas en las que tuvieron que pensar. “La interpretación requiere mucha concentración mental y en este caso requiere también mucha demanda física, mucha corporalidad”, explica Jason.

“Yo soy solamente un instrumento que está tratando de transmitir un mensaje y ese mensaje tiene ritmo, tiene tiempo, tiene una corporalidad que el artista por si ya lleva. Entonces es tratar de llevar el momento y transmitir ese sentimiento”.Jason Alvarado

Jason no se consideraba fan de Coldplay pero ahora conoce bastante bien sus canciones. Él puede pasar de escuchar Lady Gaga a Joaquín Sabina.

Para Laura, una de las sorpresas que le dejó esta experiencia fue darse cuenta que algunas personas sordas no sabían que las canciones tienen letras.

“Sabían que existía la música, pero nunca se habían detenido a pensar que era la vibración más alguien contando historias o algo de amor o de desamor, historias de guerra”, dice.

“De repente hacía una pausa y les decía ‘a ver, ahí les va una historia que es de amor y quiero que pongan atención y que sientan qué es lo que está tratando de compartirles el artista’. Yo no fui solamente intérprete, sino que los empecé a conducir por el camino que es la música”.Laura Bustamante

En alguno casos, los asistentes se involucraron tanto en la interpretación que “coreaban” las señas que Jason y Laura hacían.

Por consejo de su padre, Laura también entendió que las personas sordas no le prestarían atención todo el tiempo por dos razones: porque tenían que experimentar la demás parte visual del concierto y porque podría resultar cansado mantener la mirada en un solo lugar. 

Sin embargo, hubo un elemento más que ayudaba a completar la experiencia.

Donde se mezcla la tecnología con la inclusión

Si algo distingue a los conciertos de Coldplay es la producción y la tecnología empleada tanto arriba como abajo del escenario. 

Luces, pantallas, escenarios secundarios y miles de pulseras que cambian de color al ritmo de la música han sido parte de las últimas giras de la banda y la oferta para las personas sordas no podía quedarse atrás.

“Un chaleco que tiene diferentes sensores en el cuerpo, la espalda y el pecho, y que se sincroniza directamente con los instrumentos de la banda” fue entregado a los asistentes sordos, así como unos audífonos especiales para quienes tienen restos auditivos y los quisieran, cuenta Jason.

Él mismo fue testigo de cómo la tecnología puede jugar un papel decisivo: «las personas sordas fueron muy receptivas, de verdad que terminaron muy emocionados, todos muy contentos. El espectáculo, más allá de estas facilidades de acceso, es un espectáculo muy visual con pantallas, con muchos colores, juegos pirotécnicos. Para las personas sordas todos esos estímulos visuales terminan de completar la experiencia”.

En ello coincide Laura: “Es una experiencia sensorial y de hecho me contaron que los chalecos no estaban hechos para sordos, estaban hechos para productores de música”, explica la joven, quien describe la sensación como una mezcla entre “tener una bocina pegada” y “un sillón de masajes de los que hay saliendo del cine”.

Un parteaguas para todxs

Cuando Laura contó a su mamá que sería intérprete de LSM en los conciertos de Coldplay, la joven recibió un “qué bueno” como respuesta.

Más que considerarla una mala contestación, esto le aclaró una cosa a la joven: si bien para ella la música había sido su “top” desde que acompañaba a su mamá al mercado y compraba “mixes” de diferentes géneros, para su madre la música y los conciertos tal y como los conocemos la mayoría de las personas no tienen el mismo sentido.

En el show de Coldplay “me di cuenta que había unos que estaban superemocionados y otros que sentían que no era parte de su cultura, pero estaban abiertos a conocer la música”, recuerda Laura.

Por ello, esta gira representó apenas un primer paso para impulsar un mercado cultural en el que las personas sordas puedan acceder con plenitud. Sin embargo, el camino aún es largo.

“Este tipo de oferta artística no ha permitido que las personas de la comunidad sorda accedan pero por limitaciones en cuanto a facilidades para poder disfrutarlo en igualdad de condiciones que el resto de la gente”.- Jason Alvarado.

“¿Usted cree que las personas sordas realmente demanden la compra de boletos para ir a ver este tipo de conciertos?”, le preguntaron en algún momento a Jason. “Si no los compran no es porque no estén interesados, sino porque están acostumbrados a que son espectáculos que están vedados para ellos porque no tiene sentido que vayan”, respondió.

Además, para Jason el esfuerzo para involucrarse en las diferentes formas de percibir el mundo debería ser algo mutuo: “nos falta comprender muchísimas cosas. O sea, hay producción musical de personas sordas para personas sordas que nosotros como oyentes no accedemos, pero está ahí y tendríamos que buscar la manera también de poder abrirla para que para conocerla todos, a la inversa”.

“Yo tengo muy en claro dos cosas: en primera, no tienes que saber a fuerza lengua de señas para poder incluir a una persona sorda en tu día a día, puedes usar mímica, papeles o muchas cosas; y la otra, hay muchas oportunidades que se les están cerrando, una persona sorda debería de poder vivir solo con una discapacidad y no con todas las barreras que hoy en día la gente oyente les ha puesto”, finaliza Laura.

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