Cuando me refiero a lo sencillo bien tocado es al hecho de que, sin tanto virtuosismo o una cátedra de espectáculo, un concierto te haga vibrar. Sentir desamor o amor puro, eso es Marlango.  Con 14 años de existencia y a dos años de su última visita a la CDMX.

La noche de ayer  Leonor Watling y Alejandro Pelayo nos mostraron su pop fusión. Hago referencia a esto porque es interesante el arriesgado matiz que le ponen a sus interpretaciones. El jazz, blues, western hasta llegar a el cabaret o a esas noches íntimas de un solo de piano fue lo que nos recibió esa noche.

Marlango nos deleitó la noche con canciones «Ay penita, penita, penita”, «Te Vas”,”Via con me”, ”Dance,dance,dance”, ”Todo es tan importante” ,”Dame la razón» y, antes de llegar a su última canción un legado que dejó Chabela Vargas y una gran canción de José Alfredo Jiménez: “El último trago”. Para cerrar interpretaron “Escuela de Calor” de Radio Futura y “Dinero, dinero, dinero”, este último sencillo de su disco Porvenir y donde cuenta con la participación de Enrique Bunbury.

Fue una noche larga, donde mostraron desde el inicio la alegría de estar en la CDMX. Con una humildad que los caracterizó en cada una de sus interpretaciones y, como pocos artistas, agradeciendo a todo el personal del Lunario; desde el director hasta el jefe de producción y personal de entradas.

Marlango nos demuestra que lo sencillo bien tocado es mágico. Y en vez de quebrarse la cabeza para hacer composiciones solo necesitas hacerlo con pasión con amor, eso que los maestros de jazz, blues, boleros, soneros o música clásica nos dejaron como ejemplo o legado. Marlango un pop fusión muy de corazón