Fotografía destacada: Facebook Oficial Erykah Badu
Tener y mantener el título de la madrina del soul no es nada fácil ni se debe tomar a la ligera, pero Erykah Badu lo sostiene como una corona hecha a la medida, incluso después de más de 20 años de que Baduizm, su primer álbum y el que la hiciera saltar a la fama de manera estrepitosa, saliera a la luz .
Erica Abi Wright nació en 1971 en Dallas, Texas, en una casa llevada por matriarcas. Rodeada de mujeres fuertes y llenas de vida como su madre, sus abuelas y sus tías, Badu creció con una energía y destello propio bastante único. Desde niña se notaba su interés por la música después de que le regalaran un piano y aún sin saber tocar, comenzó a hacer canciones; a sus 14 años rapeaba en estaciones de radio y creaba música junto a su primo, aunque no se podía alejar de su inclinación como bailarina.
Artista no sólo por nacimiento, sino también por estudios, Badu tiene una inteligencia creativa espectacular para crear su propio estilo, y así fue como en 1997 sorprendió al mundo con Baduizm, su primer álbum y clásico instantáneo influenciado por el R&B, el hip hop y soul, se integró al neo-soul y desde ahí fue considerada una de las más grandes exponentes del género.
Ese primer álbum fue considerado por muchos como su mejor trabajo, aunque ella difiere; aún así, canciones como “On & On” y “Other Side of the Game” siguen siendo de las favoritas del público en sus shows en vivo, y ella las canta con verdadero cariño.
Su importancia musical se expandió rápidamente en los años venideros, aún después de haber grabado Live embarazada de su primer hijo y tenerlo ese mismo año, Badu no se cansaba de crear ni de tocar en vivo, así que para el 2000 regresó fuertemente con Mama’s Gun, disco principalmente producido por The Soulquarians, posiblemente el colectivo de neo soul y hip hop más importante, que contaba con el talento de miembros como Questlove, D’Angelo, Mos Def, Q-tip y claro, Erykah Badu, entre otros.
Aunque su vida parecía estar plagada de música, especialmente después de su tercer álbum Worldwide Underground, Badu se mantenía en crecimiento personal, aprendiendo cosas como a ser doula –aquella que aconseja y acompaña a las mujeres durante el embarazo, parto y post parto- así como volverse una experta en reiki y educar a sus tres hijos en homeschool; toda su mente transita entre crear, ya sea comida, música, moda, educación o arte.
Su música parece haber envejecido a la inversa, cada vez toma un giro más juvenil que no tenía en sus primeros trabajos, porque no le interesaba mostrar ese lado, sin embargo desde New Amerykah parte uno y dos, hasta su mixtape más reciente, y totalmente inesperado para algunos, But You Caint Use My Phone, demuestra la flexibilidad que tiene para adaptarse en cualquier género y ambiente y aún así sonar totalmente a Erykah Badu.
Nadie parece salvarse del efecto Badu, desde Drake, a quien ella realizó un cover bastante singular de “Hotline Bling” en But You Caint Use My Phone y a quien él, abiertamente le ha pedido consejos musicales, hasta los padres de sus hijos, nombres que nos resuenan a todos como grandes músicos e íconos del hip hop: Andre 3000, The D.O.C. y Jay Electronica; cualquiera que conviva con ella asegura que tiene una energía especial y una conexión única con el universo. Su manera de crear y su creatividad innata es única, sin cadenas ni restricciones, totalmente libre; todo lo que hace es una enseñanza para la gente, aunque ella no lo vea de esa manera y a veces le sorprenda lo lejos que sus palabras o su estilo puede llegar.
Aunque no hemos tenido un álbum suyo desde su mixtape de 2015, y aunque su lista discográfica no sea larga, Erykah Badu es una de las mujeres más reconocidas en el ámbito musical, su visión trasciende fronteras y estilos, su moda exuberante nos recuerda lo única que es; hace lo que quiere sobre y debajo del escenario, la experiencia de verla en un show en vivo, cantando sus primeros éxitos, improvisando con sus músicos y tocando para ella misma es una experiencia que no se pueden perder.
El hecho de que el festival Bahidorá la tenga como headliner no hace más que hablar bien de un evento relativamente nuevo que acierta en invitar no sólo a una artista tan mutable y legendaria, también en convertirla en el acto principal, especialmente cuando muy pocas veces vemos a mujeres liderar los festivales en nuestro país.
Nada de lo que ella hace es político, pero a veces su nombre en letras grandes hace una declaración muy fuerte, particularmente hacia las mujeres de México que quieren hacer música y que piensan que no lo pueden lograr o que nunca llegarán a ser tan grandes como varios artistas hombres, Erykah Badu demuestra que cuando naces para hacer algo, el universo te pone las oportunidades para que tú las tomes y lo hagas; que no es necesario seguir los estereotipos marcados o las tendencias de modas cuando tú misma las puedes crear y que el cambio nunca es malo, al contrario, es algo que tenemos que abrazar.
Así que para todos aquellos melómanos que vayan a disfrutar del festival Bahidorá, Erykah Badu es un show imperdible que sean o no fans, tienen que presenciar, porque ver a una leyenda del soul dejarlo todo en el escenario, no es cosa de todos los días.