Antes de que Miami Horror pisara el escenario ya había un número considerable de personas ebrias. No me gustan las etiquetas, pero «mirrey” es la única palabra que se me viene a la mente al recordar a los chicos del evento. Chavos vestidos con las últimas tendencias de la moda. Y no era raro, considerando el tipo de evento y el lugar en el que se realizó.
La banda australiana viene a México “cada 15 días” como dicen algunos. En esta ocasión participaron en la 2da edición de Rock The Runway, un evento creado por Liverpool que combina moda y música, y el cual llevó a cabo su segunda edición en la Universidad Anahuác Norte. Además del grupo australiano, el evento contó con una serie de actividades como catas de vino, food trucks, juegos y la pasarela de moda.
Salieron al escenario Aaron Shanahan (guitarra y voz), Josh Moriarty (Guitarra) , Joel Farland (Batería), Daniel Whitechurch (Sintetizador) y Benjamín Plant (bajo). Aunque la gente comenzó a reunirse alrededor del escenario-pasarela no logró ser mucha. ¿Cómo les explico? Imagínense que están viendo a una banda en la carpa intolerante del Vive Latino o a la primera banda del día que quieran en el Corona Capital.
Los australianos derrochaban mucha energía, realmente se apreciaba su pasión al tocar. La adrenalina del momento incitó a Josh Moriarty a escalar hasta lo más alto de la parte izquierda del escenario. No toda la gente estaba tan extasiada como él. Los más energéticos eran los más cercanos al escenario. La gente que estaba en las orillas, era porque tenía varios tragos ya encima. Había otros tomándose la selfie para subirla a Snapchat y unos más que platicaban de otra cosa. Eran pocos los que bailan y brincaban a los alrededores.
Ni siquiera el intro de “Elephant” de sus paisanos Tame Impala logró encender los ánimos como se esperaba. Un juego de visuales en la parte de atrás ayudó mucho a la atmósfera electropop de la agrupación. El repertorio de Miami Horror tuvo canciones como “American Dream”, “Real Slow”, «Moon Theory», “Summer Sun”, “Love Like Mine” y “Sometimes”, pieza con la que lograron al menos hacer que la mayoría de la gente bailara.
Aaron y Josh se turnaron para interpretar los éxitos de Miami Horror; saltaban en el escenario, corrían sobre él, se acercaban al público para contagiarlos con su energía. Una chica casi logró el sueño de muchos, saltar la valla de contención, pero el de seguridad frustró su intento. Así durante una hora. Ya casi finaliza el concierto, comenzaron a sonar los primeros beats de “Forever ever?” y Shanahan no dudó en lanzarse al público para interpretar la última pieza en su repertorio. La banda comenzó a despedirse del público, aunque más que una despedida fue un “nos vemos pronto” el cual, sabemos, no tardará más de un par de meses.
Del escenario desaparece el quinteto entre una leyenda en colores brillantes con la palabra «Miami Horror”, se prendieron las luces del escenario y la gente comenzó a dispersarse. Algunos salían emocionados, otros se quedaron en la valla para conseguir alguna plumilla o setlist.
—“Rey ¿En dónde va a ser el after?”— dice uno de los chicos detrás de mí mientras publica un vídeo del concierto en sus redes sociales.