Fotografías: César Vicuña (OCESA)
Siete noches cubiertas por la magia que únicamente Natalia Lafourcade nos puede ofrecer hoy en día en la escena nacional. El cierre de su gira, la más ambiciosa, tres años al rededor del mundo, miles de personas enamoradas de su música, la mejor selección de canciones de su carrera, la mejor versión de la cantante y compositora.
Conquistó todo lo que pudo conquistar, desde los inicios de su carrera con ese pop adolescente, colores pastel, peinados exóticos, letras simples y ritmos pegajosos, hasta la consolidación de un sonido más experimental, casi electrónico, letras confusas, un estilo brillante, una etapa confusa. Finalmente se decantó por la música tradicional, trayendo a las nuevas generaciones esos ritmos casi olvidados como el bolero y poniendo en el mapa el nombre de Agustín Lara en el gusto de los jóvenes. Fue a partir de este disco de homenaje que encontró el camino que definiría su carrera, esta última etapa ha sido la mejor para su trayectoria y se consolidó con Musas Vol. 1 y Vol. 2, con los que experimentó con estilos y formas más latinoamericanas en su música para llevarla alrededor del mundo.
Justo para cerrar su gira, Lafourcade decidió llevar su tour a un lugar emblemático: el Teatro Métropólitan, mismo que por la demanda del público, logró agotar SIETE fechas en muy poco tiempo. La cantante llegó puntual a la cita, para esa primera noche el pasado 21 de junio. En punto de las nueve se anunciaba la tercera llamada, las luces apagadas y los gritos cada vez más fuertes de los presentes anunciaban el inicio de una de las noches más mágicas que los presentes habíamos vivido hasta ese día.
Una mesa ubicada en el centro del escenario sobre la que se alzaba gloriosa una botella de tequila sería testigo de la primera parte del reinado de una musa: Natalia Lafourcade. Envuelta en un vestido rojo, elegante, seductor, imposible, salía la protagonista, imponente en ella, para comenzar el espectáculo con «Alma Mía».
Seguida de «Mexicana Hermosa»,»Tú Me Acostumbraste»,»Luz De Luna»,»Que he Sacado Con Quererte» y «Soledad y El Mar», este bloque junto a Los Macorinos representó la etapa más latina, más acústica y quizá la mejor de la cantante en toda su carrera.
A continuación ya con un look distinto y acompañada de su banda completa, interpretaron «Estoy Lista»,»Hasta La Raíz»,»Lo Que Construimos», «Ya No Te Puedo Querer» y «Nunca Es Suficiente» lo que nos transportaba a su etapa más activa, donde se alzaba como una de las artistas más prolíferas de México.
Para la tercera parte nos demostró lo profesional que puede llegar a ser, todo lo que ha aprendido a lo largo de más de 15 años de carrera y centenares de conciertos con una selección de canciones que resumían su paso por el mundo musical «Azul»,»Amor De Mis Amores»,»Elefantes»,»Amarte Duele»,»Casa»,»En El 2000″,»Ella Es Bonita»,»Limosna» y «Mi Lugar Favorito» todas estas sin parar, unidas en un popurrí que dejó ver la calidad de músicos y el entendimiento que tienen como banda.
Como descanso de toda esta fiesta llegó uno de los momentos más emotivos y más festejados por el público «Recuerdame» uno de los temas más gustados por todo México a raíz del estreno de la película Coco. Este tema lo interpreto junto a David Aguilar una de las promesas de la composición en México a quien también se le dio la oportunidad de interpretar «Eco», su canción más exitosa.
Para el último bloque regresaron Los Macorinos y junto al resto de la banda nos regalaban versiones más adornadas de los discos de Musas como «Duerme Negrito»,»Tus Ojitos»,»Soy Lo Prohibido»,» Danza de Gardenias»,»Mi Tierra Veracruzana» y para cerrar tres temas «Te Vi Pasar» «Tú Si Sabes Quererme» y «Ya No Vivo Por Vivir» como homenaje al gran Juan Gabriel.
Así cerraba la noche, pero nos esperaba una sorpresa más. En el comienzo de la última etapa de esta gira, en este primer concierto, tan emotivo, tan especial, Natalia dio la noticia de que se tomaría un descanso de estos 15 años ininterrumpidos de carrera, mencionó que era momento de disfrutar la otra parte de la vida.
Esta noticia dejó a todo el teatro con una extraña sensación ya que Natalia Lafourcade ha tenido una carrera maravillosa y se toma un descanso inesperado en la parte más alta de ésta y hace bien, no espera hasta el declive, se va entre aplausos y deseos de buena suerte y éxito, se va amada, admirada…Se va dejando claro que ella es la reina, la musa de México.