Fotografías: Adonis Espinoza
En México, septiembre es el mes patrio por excelencia y todo lo que nos rodea tiene que ver con nuestra bonita y diversa cultura, y el pasado viernes 20, el Lunario del Auditorio Nacional se puso totalmente mexa con la presentación de Puerquerama, Machingon y Nunca Jamás.
Para este concierto tan variado, podías ver en el público familias enteras, desde los más chicos hasta los más grandes; botas negras y ropa obscura, hasta sombreros rancheros. Sin duda, la variedad en el público sólo podía ser explicada por la variedad musical de estas tres bandas mexicanas con propuestas únicas.
La noche comenzó poco después de las 20:30, mientras gente seguía llegando al Lunario. Los primeros en salir, entre gritos y aplausos, fue Puerquerama, que desde la primera canción explotaron en energía que se contagiaba al público. Con canciones como “Puercolectric”, “Tigre” o “Sal del Clóset” la banda originaria de Toluca sacó las máscaras de puerco y en cada canción lanzaban consignas contra la sociedad y el Estado, recordándonos que debemos de ser libres y reírnos de la vida.
La gente cantaba y brincaba con ellos, incluso se sorprendían de ver cómo el público coreaba sus canciones. La energía sólo subía y subía mientras todos brincaban, hasta el punto en que la banda decidió quitarse sus playeras y tocar con el pecho desnudo, y aunque no tengan el mejor cuerpo, sí tienen el mejor ánimo que se convirtió en el detonante de la noche.
Seguido de ellos, salieron al escenario Nunca Jamás, directamente desde Sinaloa, su música es igual que su estilo: sombreros rancheros mezclados con cabello y barba larga y pantalones negros con cadenas.
Aquí hay espacio para todo tipo de música y eso lo comprobamos con Nunca Jamás quienes comenzaban sus canciones con covers desde la intro de Game of Thrones, hasta el tex- mex de Selena, para después continuar con un sonido más pesado, rockero y hasta metalero. Sin duda, esta banda era tal vez la más esperada de la noche, tanto por chilangos como norteños que compartían espacio, ya que no hubo un sólo cuerpo que no se moviera al ritmo de lo que ellos llaman “Rock agropecuario”.
Para cerrar la noche con broche de oro, entre máscaras y rock, salieron al escenario Machingon para estremecernos con su guapacha paguer, tal como lo bautizaron. Apenas comenzaron, el Lunario retumbó con la fuerza de las percusiones y la electricidad de las guitarras, así sea rock o cumbia lo que toquen, lo hacen de una manera asombrosa.
A mitad de su show, le dieron la bienvenida al escenario a Armando Palomas para tocar con ellos “Mexicano” que fue la manera ideal de terminar la noche.
Lo que estas tres bandas nos dejaron a todos los presentes, fue que debemos dejar atrás todos los prejuicios que tenemos sobre la música, que lo que se hace aquí en México es tan bueno como lo que se hace en otros países y que no importa si eres metalero, hay veces en las que se necesita un cumbión bien loco para concluir la noche.