Foto principal tomada de Facebook oficial de Quique González
Pocas veces escribiré algo no favorable de un artista, en especial si soy fan, pero hay ocasiones que no se puede mentir o dejar pasar ciertos aspectos que resaltan y resultan no tan positivos.
La noche de ayer del 1 de abril, la esperaba con ansias, con esas ansias con las que se espera el encuentro con un pedazo de historia que vuelve, ese pedazo que a través de sonidos se enraíza a ese espacio-tiempo y te hace volver, como pequeñas piezas de un rompecabezas que completan la memoria de un estado emocional de imágenes sonoras.
Y es que, Quique González es uno de esos artistas que me ha acompañado en buenas y malas, pero seamos honestos, en su mayoría ha sido para cantar sobre algún desamor, sin embargo, ayer no me sentí parte de eso, y creo que ese fue el punto menos favorable de la noche.
Si bien la noche tuvo algunos infortunios y atropellos, lo que no se puede criticar son las ganas de hacer lo que en palabras de Quique fue la intención:
«Hacer el mejor show de nuestras vidas»
Lo que para mí, no lo fue.
Para empezar el audio fue pésimo, casi no se entendía nada de lo que cantaban. Obviamente los fans sabemos las letras y las cantamos y eso genera una cúpula auditiva en la que viven las palabras y a coros se entiende, pero ese no es el objetivo, ya que no se va a escuchar al que cante al lado, adelante o atrás.
Segundo, la organización fue muy mala. La gente que hizo la logística para entrar al lugar, el registro y demás, fue poco organizado y muy atropellado, ¡hey! incluso la manager de Quique González estuvo peleando con unos chicos que estaban vendiendo playeras afuera, diciendo que iba a llamar a la policía porque estaban cometiendo un delito al falsificar, lo cierto es que la argumentación de ambas partes fue pésima y no llegó a ningún lugar, pero es triste ver que esto suceda.
Pero volviendo a lo que nos atañe, y de lo que estaba hablando, es lamentable que hay aspectos importantes que pasen por alto como el mal audio. Me parece que no está bien que se tomé al público como: «no importa son fans y de todos modos van a estar felices», cosa que sí sucede y sucedió.
Los fans estaban felices de tener enfrente a Quique, de escucharlo y tener una velada genial, disfrutando de su música, debo decir que el setlist fue en cierta medida variado, sin embargo, los éxitos más contundentes hicieron la noche como: «Pequeño Rock and Roll», «Salitre», «Aunque Tu No Lo Sepas», «Tenía que Decírtelo», «La Ciudad del Viento», y «Vidas Cruzadas» que dio fin al show.
Cómo pueden ver, el show viajó por esos ya clásicos que enamoraron a los fans, y con la presencia de Nina llevaron la noche a otra dimensión, ya que el deleite de escucharla en vivo se pregonó.
Y así fue la noche de anoche, que ante fans, amigos, (Carlos Ann y Javier Miñano) y familiares, el show fue lo que solemos llamar cumplidor. Nada extraordinario, pero tampoco desagradable, lo malo es cuando uno tiene muchas expectativas que se quedan holgadas para lo poco que se cumplen, ese es el sentimiento personal de anoche. Muchas expectativas que poco se cumplieron.
Pero que por lo que noté a las demás personas presentes, lo que vieron los satisfizó, quizá yo esperaba demasiado o tal vez ellos se conformaron con menos, quizá lo importante solo era ver a uno de sus ídolos, lo cierto es que tengo una cita pendiente para la próxima vez que Quique venga a esta ciudad y estaré esperando para que saldemos cuentas.