Daniel Heredia, mejor conocido como Rels B se aleja de sus propios pasos y se deja llevar por sus antojos, un giro de timón en este nuevo álbum La Isla LP, que el propio artista ha calificado de inevitable y necesario.
“He tenido demasiado tiempo muerto para pensar en mi vida y eso ha hecho que me de cuenta que muchas cosas pues… no las estaba haciendo como toca ¿sabes?” nos confiesa en el mini documental homónimo, donde comparte un poco sobre el proceso de este álbum.
El disco abre con “La Prisión”, una incursión a lo tropical acompañada de un dembow orgánico, producido para obtener poder, pero conservando el carácter natural y no tan regular de las percusiones reales. Es también, un aviso de todo lo que nos vamos a encontrar: arreglos de guitarras dulces, sueltas y elocuentes. Metales suspirando a diferentes niveles y una instrumentación más rica de lo que solemos encontrar en obras de este tipo.
“Hemos trabajado la música a otro nivel, he tenido la suerte de poder trabajar con un equipo gigante esta vez, todos aportando sonidos, todos poniendo su granito.”
Confirma su postura en “Yo Tengo Un Ángel”, quizás el mejor candidato a hit fiestero, al menos entre el público latino deseoso del típico y sabroso ritmo que te hace mover las caderas. Continúa con “Una Cumbia triste”, otro afortunado experimento, rico en sonidos orgánicos y con un ritmo que otros se han encargado de llamar “cumbiatón”: percusiones típicas de la cumbia enmarcadas por un dembow, pero a diferencia del sonido electrónico en los experimentos originales, lo hace con un carácter natural y abundante de instrumentos.
Después de dejar claro el statement, Daniel dice cosas necesarias con un estilo más calmado, sin preocuparse por impresionar. Una lírica que sin ser perfecta o especialmente compleja, es sincera y presenta una nueva madurez. Así estamos hasta llegar a “No Te Imaginas”, la primera colaboración del álbum, que se caracteriza, como el resto del disco, por ser un antojo cumplido.
“Lo mejor que hay en esta vida es hacer música con amigos, por eso este disco no lleva colaboraciones mundiales ni nada por el estilo. Aquí solo música con gente que yo considero mis amigos, eso es lo único que yo quiero en este proyecto.” Así, a dueto con Morad, cantan sobre las cosas no tan bellas de acercarse a la cima y los efectos secundarios de tener un proyecto reconocido.
Seguimos con “Lágrimas De Cocodrilo” que tiene como protagonista a los vientos, tambores y shakers, consiguiendo una presencia más marcada de lo afro, que siempre ha estado ahí: “Llevo ya un buen tiempo enfricado con la música africana, que es algo que me enseñó ‘el negro’ y ahora mismo es el género que yo más escucho en mi día a día.”
Curiosamente, el nivel del elemento afro en las canciones es percibido diferente de escucha a escucha, así como todas las canciones de este disco pueden ser candidatas a “la favorita”; hecho que denota la redondez, variedad y cohesión de cada una de las piezas.
La segunda y última colaboración del álbum cuenta con las rimas de Kaydy Cain, un artista por quien Rels nunca ha ocultado su admiración. “Culpable” es tal vez la pieza más clásica de la lista, inscrita en la tradición del hip-hop y el rapeo ibérico, pero con versos melódicos y una melancolía especial.
Finalmente llegamos a “La última canción”, no solo por el lugar que ocupa sino por ser una despedida al mero estilo de Paulo Sergio y rezar “esta es la última canción que te canto”. Sincera y sentida que cierra perfectamente la reflexión sobre quién es Rels B y hacia dónde quiere ir. Una reflexión que ha sido bastante recompensada a nivel comercial y una confirmación de que arriesgarse y ceder a los antojos puede ser la mejor de las apuestas.