Salón ACME es una plataforma que desde 2012 es de suma importancia para que artistas de todo tipo puedan exhibir su trabajo y abrirse puertas. Este salón de arte se lleva a cabo anualmente en la Ciudad de México y alberga todo tipo de propuestas artísticas y curatoriales desarrolladas en todo el país. Pueden participar artistas tanto consolidados como emergentes, pero el objetivo principal es dar a conocer a aquellos que aún no son representados por alguna galería.
La convocatoria de cada año se lanza en redes sociales y medios de comunicación, y remarca que son bienvenidas todas las disciplinas y discursos (pintura, dibujo, escultura, fotografía, performance, etc.), y cada artista puede participar con un máximo de tres obras, siempre y cuando el costo de cada una no rebase los 25,000 pesos mexicanos. Un consejo curatorial conformado por artistas, curadores, galeristas, directores de museos y estudiosos del arte es el que se encarga de seleccionar las más de 50 obras que se exhiben en el salón, y cada año cambia para ofrecer una interesante variedad de propuestas al público.
Además de la galería principal, también cuentan con un proyecto de Estado Invitado, y otras secciones como La Bodega de ACME y la sección curada.
Ahora que el salón está en plena exhibición, tuvimos la oportunidad de platicar con Zazil Barba, una de sus fundadoras, quien nos contó cómo ha evolucionado esta plataforma con el paso de los años y muchos detalles de cómo funciona y los beneficios que obtienen los artistas que logran exhibir aquí.
- ¿Cómo ha sido la respuesta desde el primer año y cómo ha evolucionado?
Cuando lo creamos no sabíamos cómo iba a ser la respuesta general de todos los involucrados, y fue muy grato darnos cuenta de que desde el año uno, aunque aún no éramos conocidos, tuvimos una buena respuesta de los artistas. Recibimos como 200 portafolios de toda la República, la mayoría de CDMX y Guadalajara. Conforme pasa el tiempo hemos recibido más y más propuestas. Este año recibimos cerca de mil y entonces eso demuestra que el crecimiento ha sido constante y somos una plataforma muy bien recibida.
- ¿Cómo hacen la selección del consejo curador?
Ha cambiado, del año uno al tres estuvo encabezado por Guillermo Santamarina, curador y artista. Él fue quien al principio nos ayudó a contactar a gente del medio. Digamos que cuando termina cada edición nos sentamos todo el equipo y proponemos nombres que abarquen distintas perspectivas: artistas, académicos, gente de museos y demás, y mandamos invitaciones. Tenemos tres integrantes que son Paula Duarte, Oscar Benassini y Santiago Merino, que desde el año uno han formado parte del consejo, en ellos nos apoyamos mucho. También tiene que ver mucho el estado invitado.
En la convocatoria abrimos las puertas a cualquier disciplina y cualquier artista con cualquier temática que aborden. Al consejo lo único que le pedimos es que decidan desde donde hacen su selección, hay unos que se basan en gustos, en discursos, en la pieza, sí les damos libertad porque se trata de que haya un consejo cambiante.
- ¿Cómo funciona el estado invitado?
Está desde el año uno y es muy importante porque nos permite conocer y mostrar lo que está pasando en labor artística en cierto contexto del país, descentralizar lo que mostramos en todo el salón. Lo que hacemos es tener un invitado especial que cumple la labor de curador y le damos libertad absoluta, que conozca artistas del estado invitado y tenga libertad de invitarlos y mostrarnos lo que se está haciendo.
- ¿De qué se trata la sección curada?
Funciona un poco como el estado, tiene un curador que invita a artistas y decide la temática. Está desde el año pasado, este año la presenta Anna Goetz, una curadora independiente suiza que trae una propuesta de artistas de diferentes generaciones. Nos interesa porque nos permite tener una muestra de contextos más internacionales.
- ¿Por qué es importante La Bodega?
Tuvo mucho sentido crearla porque nos dimos cuenta que como plataforma era importante no sólo darle impulso al artista seleccionado, sino también una continuidad. El paso uno es ser seleccionado por el consejo, muestras tu trabajo y ya tienes la entrada a la bodega. Intentamos mostrar el trabajo reciente de artistas que ya han participado y es interesante para los artistas y para el público, porque si asististe a alguna edición y te gustó cierto artista, es bueno ver lo que ha hecho.
- ¿Cuáles son algunos de los logros reales que alcanzan los artistas posteriormente a su participación en el salón?
Con mucho gusto hemos visto que sí funciona el salón. Muchos artistas en siguientes años ya están en proyectos invitados o representados por galerías en otras ferias, y porque precisamente somos una plataforma en la que los artistas pueden pasar y ser conocidos, nos da gusto cuando un artista ya está representado y posicionado en una de las ferias, eso quiere decir que cumplimos el objetivo.
Los objetivos no cambian, nuestra esencia es dar visibilidad a artistas y el reto más bien es mantenerlo, lograr que ocurra y conservar la buena calidad y sobre todo que sea una buena oportunidad para todos y que el arte sea accesible.
- Platícame sobre el premio que otorgan con Casa Wabi a un artista seleccionado
Estamos muy contentos con esta alianza porque Casa Wabi es la que brinda el premio para uno de los artistas. Se nos ocurrió porque hace referencia a los salones de arte a principios de siglo. Pensamos que una manera de apoyar al artista es dándole impulso, y ofrecen una residencia artística en la sede de las costas de Oaxaca. El artista se va un mes a trabajar en un proyecto artístico con enfoque social que incluya a las comunidades de ahí y es una oportunidad increíble.
Salón ACME estará abierto del 7 al 10 de febrero en Proyecto Público Prim, Colonia Juárez, CDMX.