Ilustración por Patricia Alvarado
Han pasado 17 años desde que el mundo escuchó por primera vez el álbum homónimo de la banda estadounidense The White Stripes, este disco es una prueba más de que no se necesita una gran cantidad de instrumentos para crear buena música, y es que Jack y Meg White solamente necesitaron de una batería y una guitarra con mucho distorsionador para darse a conocer internacionalmente y convertirse en lo que son hoy en día.
The White Stripes fue una banda de rock alternativo que se formó en Detroit, Míchigan en el año de 1997. Y seguramente, lo primero que se te viene a la mente al escuchar este nombre, es la canción “Seven Nation Army”, trabajo que se convirtió en todo un hit desde el 2003 hasta la actualidad, pero The White Stripes es mucho más que eso.
Fiel a su estilo Jack White y su ex esposa Meg lanzaron su primer álbum de estudio el 15 de junio de 1999, ofreciendo un sonido inspirado principalmente en géneros como el punk, rock, blues y el country. Este dúo logró atraer la atención del público y de los medios de comunicación casi de inmediato, pues con canciones como “The Big Three Killed My Baby” y “Jimmy the Exploder” muchas personas consideraron a la banda como parte esencial del resurgimiento del garaje rock de los ya lejanos años 60.
El disco The White Stripes significó para la banda un gran salto de popularidad y reconocimiento, pues durante sus 14 años de actividad lanzaron seis álbumes de estudio (The White Stripes, De Stijl, White Blood Cells, Elephant, Get Behind Me Satan e Icky Thump), siendo Elephant uno de los discos con mayor éxito comercial.
Tras la separación de la banda en el 2011, Jack White ha trabajado en múltiples proyectos, entre los que destacan las agrupaciones The Raconteurs, The Dead Weather y su exitosa carrera como solista con los discos Blunderbuss y Lazaretto, mientras que Meg White no ha dado mucho de qué hablar.
¿Ya escuchaste el disco? Si no lo has hecho aún ¿Qué esperas? aquí te dejamos el álbum y coméntanos qué te pareció.
