Acaba de cumplir 20 años el disco más importante de la carrera de los Red Hot Chili Peppers: Californication. No necesariamente el mejor –BSSM tiene una legión dispuesta a pelear ese título-. Pero lo que este disco representó para su carrera, no tiene paralelo en su amplia discografía. Pasando por discos hechos al vapor, discos dobles y casonas embrujadas.
BSSM culmino una época tumultuosa de drogas, éxito, cambios de alineación y muertes. Hillel Slovak, la primera fuerza musical de la banda ya nos había dejado y empezaba un carrusel de guitarristas -cuando tocan en la taberna de Moe, Arik Marshall era el guitarrista-. Anthony estuvo sobrio un tiempo, por eso. Habían tenido a productores como George Clinton de Funkadelic.
Ese disco con Rick Rubin en el mando, alguien que ya había producido a Run DMC, Slayer y Beastie Boy,era el momento cumbre de una era, ese hardcore funk, metal rap o algo parecido -como para que Anthony también se peleara con Mike Patton por cosas de ese estilo-. Trajo un disco que era aclamado por la crítica, por la gente. Vendían show y festivales por todo el planeta.
Lo que significaba que después de dos discos solamente, volvieran a perder a otro genio en la guitarra. La historia del fan que se va con la banda llegaba a su fin. Abrumado por todo el éxito, su refugio era su novia y la heroína -más el segundo-. Nunca nadie sintió que fuera Yoko, pero también nadie sintió que fuera lo que Frusciante necesitaba, en las palabras de Anthony en su biografía.
El mencionó Arik, Jeese Tobias -que después la haría estando con Morrissey y Dave Navarro– fue el que se quedaría con el puesto, recién desempacado de Janes Addiction. Donde por cierto Buckethead también audicionó para ser parte de la banda, dejó a todos deslumbrados, pero les dijo que no era lo que estaban buscando. Así vino Woodstock 94‘ y el One Hot Minute. Llamar a los dos un fracaso es fuerte, el disco es bastante incomprendido, pero aún así sonaba raro para la banda.
Que se quedara corto junto a su predecesor, compromiso con su otra banda y la heroína -seguía siendo un tema recurrente en la banda- y Navarro se fue. Diferencias a la hora de escribir decían, por lo que estaba fuera de la banda y otra vez se encontraban en esa situación que ya era familiar para ellos. Una razón más para apreciar a Chad Smith con la solidez en todos las acepciones posibles que le dio a la banda.
Después de uno de los Behind the Music de VH1 más crudos, en ver el estado de Frusciante, muchos temían lo peor. No parecía que ese chavo tímido con un talento enorme fuera a volver a ser lo que era. Solo se veía un junkie con la mirada perdida, un cascarón. Por lo que le volvieron a ofrecer regresar a la banda y más importante, que dijera que sí, después de todo era milagroso.
Era el regreso del hijo pródigo, era ese con lo que todos tuvieron una conexión inmediata -si ya sabemos que si decimos el mejor trabajo de la banda nadie piensa Mothers´Milk, por eso el contexto es importante-. Pero lo que también tenia sobre el escenario como Flea, parece superar a lo que Anthony tuvo con Hillel, esa conexión de la nada.
Fue un renacer para todos, pocas bandas se habían reinventado tanto. Pocas cosas son tan graves como perder a tu guitarrista principal o a tu vocalista. Pero AC/DC e Iron Maiden lo hicieron sin tantas complicaciones -tal vez mucha suerte-, cobijados por la identidad que la banda tenía. No tenían que hacer nada extraordinario para encajar con el sonido de la banda.
Aquí, toda esa crudeza fue cambiada por algo más sedoso. Parecería que cambiaron la heroína por hongos. Esas melodías pasaron a tener un plano principal. Sonaban como una banda completamente diferente, algo que poquísimas bandas han hecho y sobrevivido. Siempre han tenido canciones muy personales, Kiedis regularmente escribe sus conquistas y los demás sacaban inspiración de todo los que les pasaba.
Era un inicio fresco, sobre todo para John. Tal vez por eso la melancolía con que la suena «Scar Tissue» no es accidente, por eso «Otherside» es tan melodramática. «Californication» suena tan sedosa. Pero nunca olvidaban de donde venían, como en «Parallel Universe»o «I Like Dirt» tenían ese funk, solo que menos salvaje. Tal vez mas técnico.
También salir todavía mas de su zona de confort, con canciones como «Porcelain» y en particular «Road Trippin», donde Chad no tiene un parte, y la primer línea «Road trippin’ with my two favorite allies» habla de como son mas que una banda, que son mas que compañeros de viaje. Aunque al día de hoy unos se bajen del barco, ya hay cosas que no van a cambiar.