Hubo una época en la que las bandas de covers eran el gruesísimo estadístico de la ejecución musical en México. “Bares de rock”, que les decían —o dicen, porque quizá siguen vigentes pero yo ya estoy muy ruco como para saberlo con certeza—. Yo mismo le llegué a entrar bastantito tiempo a eso del “hueso” (arriba y abajo del “escenario”) a eso de “las de cajón”, y unas de esas que eran infaltables, que era imperdonable su omisión (y aún más imperdonable su precaria ejecución) eran «Cenit», «Noches de tu piel» y por supuesto «Transfusión».

De los autores de, no sólo ésas, sino tantísimas rolas bien pero bien chidas, se puede escribir muchote; equismente escrito —como casi todos nosotros—, o poéticamente escrito —como es el caso de mi amigo Curda (si quieren leer su linda nota AQUÍ está)—, pero es irrebatible que es una de las bandas más importantes que ha dado nuestro país, y sobre todo, que no son ahí unos tipillos que se paren en el escenario a ver su propio instrumento al ejecutar: de verdad que siempre es una chingonería de show.

La Castañeda no sólo toca en vivo: luces, performance, escenografías de poca madre, ejecución de pintura en vivo, actores en escena, arte circense, todo eso nos han dado ya antes, así que ellos mismos se pusieron altas las expectativas para su tocada más próxima que intitulan: “El delirio de Lucrecia”. 

La cita con el loquero, coincidentemente con su 27 aniversario, será el también 27 de Agosto en la Carpa Astros. Sabemos que con tanta trayectoria, algunos de ustedes ya tienen hasta morrillos y todo, por lo que también podrán ingresar. (Boletos ACÁ)

Ellos dicen que este concierto es un homenaje, no a ellos, sino a nosotros, al público, y para mostrar su capacidad de auto-renovación. Que “El delirio de Lucrecia” es su propia versión de “Alicia en el país de las maravillas”. Interesante suena, ¿por qué no vamos y lo comprobamos?