Un cierre sensacional: Festival Tierra Adentro Día 4

Cuatro fechas, 16 bandas, 14 estados del país, un escenario, miles de gritos, un sólo propósito: dar un vistazo tierra adentro de nuestro país para sacar de las raíces la nueva generación de la escena musical mexicana.

Estos fueron los ingredientes principales de la primera edición del Festival Lunario Tierra Adentro, el cual dejó gratas sorpresas para quienes se aventuraron al viaje sonoro de descubrir las melodías que están surgiendo en nuestra tierra.

Tras tres fechas que dejaron con un muy buen sabor de boca a los asistentes, la última no podía quedarse atrás, por lo que Aux Matanshi, Vayijel, Pumcayó y Belafonte Sensacional fueron los encargados de poner el punto final a este festival, mismo que esperamos se repita en posteriores años.

Sin emitir una sola palabra, permitiendo  que la atmósfera creada con los distintos instrumentos fuera su saludo, los integrantes de Aux Matanshi iniciaron su presentación. Con una alineación atípica para una banda de rock, el grupo queretano enunciaba melodías oscilantes en diferentes géneros como el jazz, el huapango y el rock progresivo. Todas  con la suficiente energía para envolver a la audiencia en atmósferas cambiantes creadas por instrumentos como una cítara, una flauta, una marimba y hasta un duduk.

Aux Matanshi
Aux Matanshi

La respuesta del público, a pesar de ser poco conocidos, fue bastante buena. Aplausos de sincero apoyo se escuchaban entre canción y canción.

Aquellos temas no eran un estímulo estridente al cuerpo, si no una suave y profunda caricia al oído, una caricia que se manifestaba en los asistentes en forma de sonrisas, ojos cerrados por instantes,  pequeños meneos de cabeza y un grito al concluir cada canción.

Aux Matanshi
Aux Matanshi

Vayijel, banda originaria de Chiapas, fue la siguiente en instalarse en el escenario. Dedicada a su pueblo, del cual manifestaron desear que dejara de estar en manos de políticos y religiones para poder convertirse en un estado unido. Su presentación fue una autentica mezcla de tradición y rock.

A pesar de no poder corear sus canciones dado que están escritas en tzotzil, el público escuchaba atento, disfrutando, dejándose llevar por esos sonidos nuevos, ya ajenos, ya propios. El tzotzil, manifestó el vocalista,  es su lengua materna y es por ello que buscan rescatar sus raíces y cosmovisión, queriendo con ello inspirar a la juventud.

Vayijel
Vayijel

Si la banda quería lograr unidad, por lo menos esa noche en ese recinto lo estaba logrando. Aquella música, aún sin saber a ciencia cierta lo que las letras decían, hablaba por si sola. Las cabelleras se movían y los pies seguían un ritmo que poco a poco iban haciendo suyo.

Cuando el lenguaje es una barrera hay que quitarla y no hay otra forma que aprendiéndolo. Fue así como la banda se tomó unos segundos para enseñar al público el coro de una de las canciones más representativas de su repertorio. «Bolom chon» coreaba fuerte y claro el público, uniéndose enérgicamente a esa melodía que culminaría en una lluvia de aplausos.

Antes de despedirse con una ovación bien merecida, la banda anuncio el próximo lanzamiento de su disco en redes sociales y plataformas digitales.

Vayijel
Vayijel

Una de las bandas invitadas a este festival que ya cuenta con un importante número de seguidores es Pumcayó.  Así quedó demostrado cuando aparecieron en el escenario, donde fans ya los esperaban con gritos, manos al aire y los pies listos para dibujar figuras sin forma en el piso.

Pumcayó
Pumcayó

Temas como » Caldo de navajas», » Don Jacinto», «Luciérnagas», «Pámpanos del río» y » Avalancha», dejaron en claro por qué estos chicos habían sido invitados a este festival.  Poco a poco la pista se iba abriendo, quienes habían permanecido inmóviles en los anteriores actos se dejaban seducir por aquellas melodías y algunos bailes extraños surgían en medio de aquella fusión de luz neón y oscuridad.

«Salamandra» fue el tema elegido por dar concluida la participación de los jaliscienses en Tierra Adentro. Un ritual de saltos  desenfrenados de algunos cuantos jóvenes a mitad del recinto, fueron no sólo los aplausos de despedida para la banda, si no el preámbulo de lo que estaba por venir.

Pumcayó
Pumcayó

«Somos Angélica María y Enrique Guzmán y esto es Solidaridad» anunció Israel Ramírez «Belafonte», burlándose del evento alterno que tenía lugar en el Auditorio. Aquel era el anuncio indiscutible de que la fiesta estaba a punto de comenzar.

En su nombre llevan la sentencia; Belafonte Sensacional es sencillamente eso, sensacional. Con la mezcla de géneros y ritmos oscilantes entre el ska, el rock & roll y el folk,  y las crónicas de la ciudad hechas letras; la fiesta de pies danzantes convirtieron al Lunario en una autentica pista de baile.

Por momentos en pareja, por momentos en un gran slam de todos contra todos. Temas como «Fuera del amor», «Cheché», «Ponte al tiro» , «Convocatoria para el destroy» y «Valedor», no dejaron a ninguna persona sin mover el cuerpo.

Belafonte sensacional
Belafonte sensacional

Los mismos Belafonte iban y venían del escenario, con movimientos salvajes, instintivos, irreverentes, contagiando a su público que se entregaba al desenfreno al ritmo de los hilarantes instrumentos.

Si hay algo mejor que disfrutar de un buen concierto, es ver a la banda en cuestión disfrutar de lo que están tocando. Quizá por ello es que el cierre de aquella noche y del festival nos dejó con los pies adoloridos, una sonrisa en la cara, la ropa con más sudor del acostumbrado y la sensación de que en México se están gestando buenas propuestas.

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