Fotos facebook oficial KNOTFEST MÉXICO
Centro Dinámico Pegaso, aquí estamos de nuevo. Caras familiares se vuelven a encontrar después de haber compartido el moshpit, una emoción, un cigarro, una chela, e incluso un par de lágrimas. El día pinta bien, no hay señales de lluvia pero sí de un sol despiadado sólo apacible si se encuentra una sombra o con alguna bebida fría.
En el Knotfest no sólo hay excelentes bandas de nivel mundial, también hay diferentes actividades a las que vale echarle un vistazo, como juegos mecánicos desde los que se puede obtener una vista panorámica de todo el festival, así como un bungie para los más intrépidos y a unos metros, el museo de Slipknot donde podemos ver los diferentes props, equipo y vestimenta que acompañó a la banda en distintas etapas de su carrera.
Para inaugurar el segundo y último día, Fire of the Gods y Joliette arribaron al escenario principal y al grey stage respectivamente calentando motores para lo que nos deparaba a lo largo del día.
El talento mexicano estuvo muy presente este día, con exponentes de distintas vertientes del metal como lo es Thell Barrio alentando al público a echar desmadre al grito de «El que no grite es policía», así como el metal progresivo de Agora.
Para los fans del post-hardcore se presentó Enter Shikari, banda inglesa con más de 15 años de trayectoria y 4 álbumes de estudio bajo el brazo que los han posicionado como un referente en el género, y desde luego lo vinieron a probar en nuestro país con una buena aceptación por parte del público mexicano.
Posteriormente, en el mismo escenario, tocó el turno de hacer historia a los legendarios Ministry, quienes desde el primer minuto lograron empatía con la audiencia, no sólo por su legado musical, sino por un invitado muy «especial»; nada más y nada menos que «Donald Trump» quien fue objeto de chiflidos y mentadas de madre, así como de golpes por parte de la banda al sonido de «Punch in the Face». Le siguieron «Stigmata», «Señor Peligro» y varios éxitos más antes de su despedida triunfal.
Desafortunadamente los horarios del Grey Stage (previamente conocido como el Iowa Stage) se desfazaron poco más de 40 minutos lo que obligó a un cambio de planes obligatorio para los que querían ver el virtuisismo en el escenario de Carcass y Iced Earth.
Mientras tanto en el Main Stage la gente se preparaba para recibir por primera vez a The Offspring, quienes nos remotaron a aquellos años donde no había preocupaciones ni obligaciones, sólo estar con tus amigos y pasarla bien. Metaleros, punks, alternativos y agregados culturales se unieron al sonido de grandes temas como «The Noose», «Come Out and Play» y «Bad Habit», entre otros, aunque el momento cumbre fue durante «Pretty fly (for a white guy)» donde todos se levantaron a bailar sin diferencia alguna.
Poco después, y debido al retraso, se presentaron los grandes del metal melódico sueco, Arch Enemy. Con un gran manejo no solo vocal sino del escenario en general. Alyssa White, se apoderó del Centro Dinámico Pegaso, interpretando junto a su banda temas como «You will know my name», «As the pages burn» y clásicos como «Dead Eyes See No Future» y «Ravenous».
Al mismo tiempo se presentaban los legendarios Deftones, quienes liderados por Chino Moreno dieron uno de los mejores conciertos de todo el festival, trayendo en sus fans la nostalgia y el júbilo con temas como «Rocket Skates»,»Diamond Eyes», «Rosemary», «Gore», cerrando con «Headup».
Llegó entonces el momento del plato fuerte de la noche; por un lado teníamos a la gran banda de death metal progresivo, Opeth en el segundo escenario y por otro, a los responsables de que este gran festival llegara a nuestro país por segunda vez, Slipknot.
Los que optaron por la primera, pudieron disfrutar del virtuosismo de Mikel Akerfeld y compañía, quienes hicieron un muy breve recorrido de su historia musical desde sus inicios hasta su más reciente material. Eso aunado al particular humor del músico sueco hicieron de ese momento algo muy especial, tanto como para fans de antaño como para los que se sumaron ese día.
Minutos antes de terminar la presentación de Opeth, Slipknot hizo rugir el Centro Dinámico Pegaso con su intro audiovisual «Be Prepared For Hell» para continuar con «The Negative One», la gente estaba enloquecida con lo que sus ojos estaban presenciando, lluvia de cerveza invadía el cielo, moshpits salvajes y mucho headbanging se hacían presentes.
«Disasterpiece», «Eyeless», «Before I Forget» y «The Shape» mantuvieron la energía alta en todo momento, hasta que llegó «The Heretic Anthem» y la gente enloqueció aún más. Hasta se fue el audio 2 veces. La espera fue mucha, ¿regresarán?¿, ¿acabará aquí?
La decepción inundaba el rostro de los fans, hasta que después de 20 minutos la banda regresó con la promesa de «No importa cuantas veces tengamos que regresar, este concierto lo acabamos porque lo acabamos», y así fue, Slipknot no decepcionó a sus fans y lo entregó todo en el escenario para cerrar con su éxito «Spit It Out».
Un año más de éxito para la gran propuesta de metal que nuestro país necesitaba desde mucho tiempo antes. A pesar de los pormenores, el Knotfest promete quedarse en nuestro país por muchos años más.