Los experimentados músicos de Euridice prendieron el Bajo Circuito en su presentación de su segundo disco material Roto.
Antes de que subiera Euridice, los jóvenes de Rizzo fueron los encargados de abrir el escenario con su rock progresivo, que fueron bien recibidos por el público espectador. En seguida, los Drama Queers fueron los que relevaron los instrumentos y con su psicodelia se llevaron las palmas de los asistentes, que cabe resaltar que el público de Euridice son difícil de complacer, y los Drama’s lo consiguieron.
Pasaban las111 de la noche, y la niebla ya invadía el escenario. Sus seguidores más arraigados sabían que era cuestión de segundos para ver a su banda favorita en acción. El juego de luces y un gratificante fondo blanco en la pantalla revelaban la esencia que ha ido manejando Euridice en sus presentaciones. Hari Sama fue el primero en salir, en seguida de Javier Arián, Paul Zamora y por último pero no menos importante el baterista Patricio Iglesias.
Los gritos eufóricos e incluso las palmas en el aire (acto ganador por parte de la banda al competir con los tragos que invadías sus manos) ponían el ambiente en el acogido Bajo Circuito.
“Perdido en Moscú” fue la elegida en abrir el concierto de Euridice, en seguida tocaron “Nada es Real” y los espacios en el bar underground iban invadiéndose por sus fans que tenían su mirada penetrada al escenario.
Al paso de la tercera canción la atmósfera ya había sido ganada por Euridice. Los juegos de luces, la energía de la agrupación, el magnífico trabajo de producción en sus videos ilustrativos fueron cómplices para que su trabajo musical tuviera relevancia.
El poder de sus letras y el cuidado de sus arreglos musicales; era imposible despegar la mirada del escenario. El trayecto del concierto fue de una hora y fracción. Temas como “Héroes Derrotados”, “Zombie”, “Orfeo” y “Santa Sustancia” fueron rituales por la comunidad que generó la banda capitalina.
Para cerrar su presentación escogieron su primer sencillo de su disco presentado: “Karma”, y con tan solo 1 mes que fue abierto al público, la mayoría ya cantaban a todo pulmón a lo que se podría convertir en un himno del grupo. Fue una noche excepcional para la banda y para sus seguidores. Par a los desconocedores sin duda el concierto fue una carnada para que queden enganchados y morir junto a los 4 jinetes del apocalipsis.