- [quote]Lo que en su momento sonó innovador y vanguardista hoy suena a nostalgia[/quote]
Veinte años han pasado desde que Radiohead reafirmara, con un contundente «OK», a la computadora y su símbolo, convencidos de que el futuro del rock alternativo y la música en general estaba en los recursos y posibilidades de la tecnología. Aunque grupos como Pink Floyd ya habían reivindicado el uso digital y la exploración tecnológica, fue Radiohead quién logró culminar el sueño de unir increíbles melodías con programaciones digitales creando un sonido único.
Ok Computer fue el disco que introdujo, para sorpresa de propios y extraños, al siglo XXI: un siglo de epidemia de turistas, explosiones interestelares, y androides paranoicos; que bien podría ser cualquiera de nosotros atentos a las opiniones en redes sociales. Esta época de hambrientos de todo lo que pasa en el mundo a través de Instagram para no quedarnos fuera de la conversación. Definitivamente si un adjetivo puede colgársele a Thom Yorke, los hermanos Greenwood, Ed O’Brien y Phil Selway es ser unos visionarios que afirmaron que el futuro estaba en las máquinas. Por mucho que la ciencia ficción (recientemente la serie Black Mirror, cuya producción actual corre por cuenta de Netflix) o la tenebrosa y pesimista «Fitter Happier» nos alertara de los riesgos de ello.
Veinte años han pasado y mucho ha cambiado el mundo desde entonces. Al escuchar la reedición de OK Computer —llamada Oknotok 1997 2017— uno lo hace como si fuera la primera vez. Claro que eso es imposible. Es solo una forma de engañar a la memoria. Lo que en su momento sonó innovador y vanguardista hoy suena a nostalgia. Ahora, por ejemplo, cuando alguien escucha un disco lo hace a través de Spotify u otro servicio de streaming, que se desplega ante nosotros deslizando y oprimiendo un dedo en la pantalla del teléfono. De la misma forma que l manera de concretar citas, comida, mercancías, transporte privado, reservaciones: todo está al alcance de un click. El futuro nos ha alcanzado.
Cuando una agrupación se suma a la tendencia de reeditar sus discos, huele a viejo, a memorias. En el caso de la banda liderada por Thom Yorke, a clásico (o lo que sea que signifique eso). Y con ello todos sus fans ya olemos también a eso que llaman tiempo, y que nosotros llamamos sabiamente experiencia. Aunque sí hay canciones inéditas en esta reedición (las grabaciones originales de estudio nunca antes lanzadas de «Lift», «Man of War» y «I Promise», canciones que se quedaron fuera del corte definitivo) lo importante sigue y seguirá siendo los 12 tracks remasterizados, desde la bolsa de aire que estalla en la primera nota hasta el turista perdido que anda por un mundo alienado.
Todo está dicho ya sobre Ok Computer. Salvo aquello que es incomunicable y es innato a cada experiencia particular de quien viaja en el disco por primera vez, o por centésima, o por milésima, da igual. Como expresaría Malcolm Lowry, «las luces están dispuestas para iluminarnos desde el pasado». Ok Computer es hoy una hermosa luz del pasado que nos recuerda que aunque veinte años se dicen poco; no hay plazo que no se cumpla. No hay futuro que no llegué ni pasado que no lo siga