Fotos cortesía César Vicuña
El pasado 29 de abril se presentó la banda estadounidense Greta Van Fleet en el Teatro Metropolitan de la Ciudad de México. Un teatro lleno y la apertura del telón por parte de la banda Silver Rose fueron los elementos que prepararon la velada.
Durante más de una hora pudimos estar, lo que para muchos será, lo más cerca de ver a Led Zeppelin en vivo, pues la banda hace todos los trucos y referencias posibles. Es un secreto a voces de dónde “toman prestada” su estética. Sería necio caer en el juego de negarlo y tratar de “discutir lo evidente” como dijera aquel sabio de Ciudad Juárez.
Pero la banda es un excelente máquina del tiempo a 1972, la estética de su ropa, el arreglo de luces, la construcción de su música nos transportan muy hábilmente; aunque es preciso hacer varias observaciones que podrían ser importantes para medir las respectivas proporciones.
Los de Michigan hacen un excelente trabajo viviendo o reviviendo a sus influencias y lo hacen bastante bien, pero al mismo tiempo es muy claro que, como se suele decir, “segundas partes nunca son buenas” y es aquí donde podemos señalar que a la banda en general le faltaría ir más allá, desarrollar un estilo propio, utilizar la luz que se les ha colocado encima y empujar su música hacia lugares innovadores.
Greta Van Fleet llegan a la Ciudad de México para presentar un show que nunca tuvimos. Se agradece poder ensoñar a Robert Plant y compañía, sentirse en otra década, visualizarse con unos pantalones acampanados y un chaleco de cuero. Aluden directamente a todos los que hemos escuchado un disco de Zeppelin con esa fantasía y sorprende a los que nunca habían escuchado música de esa época, pero se queda sólo en una pálida sombra de otra era.
Los estadounidenses entregaron todas sus piezas publicadas y fue un despliegue bastante clásico de lo que se esperaría para una banda de estas características: Solos de guitarra largos y exagerados, un bajista que también toca el órgano, solos de batería que claramente nos remiten a sus influencias directas y una ejecución en general bastante pulcra, sin olvidar tener un encore dramático.
No se está diciendo que los jóvenes músicos no lo hagan excelentemente bien, simplemente se hacen estas acotaciones con la intención de señalar los puntos débiles de lo que está siendo la banda revelación del último par de años, contrario de lo que parezca, tenemos mucho interés de lo que esta banda pueda entregar en el futuro, asimismo queremos prevenir al lector para que no sea sorprendido y para que juntos podamos esperar algo más.