Fotografías: Alejandro Servín
No hay mejor manera de terminar un sábado nublado en la Ciudad de México que con un concierto que te haga sentir en el Caribe, y fue justo así como se sintió El Plaza Condesa gracias al show de Rawayana.
Desde que las puertas se abrieron poco después de las 19:30 horas, el recinto se fue llenando poco a poco de un público ansioso por moverse al ritmo del reggae que esta banda trae directamente desde Venezuela.
Fue hasta las 21:00 hrs que El Plaza Condesa apagó las luces para dar la bienvenida a Fer Casillas, quien se encargó de abrir el show con su mezcla entre jazz, soul y R&B perfectamente combinado con su increíble voz. La frescura de su sonido y la profundidad de sus letras, hizo que aquellos que no la conocían anotaran su nombre o la buscaran en Spotify después de su presentación.
Sin embargo, todos estábamos ahí para escuchar a Rawayana, quienes entre gritos y vitoreos salieron en punto de las 21:40 con un pequeño intro que dio paso a “Véngase I”. Desde ese momento El Plaza reventó, entre brincos y mucho baile, todo coreaban la canción. El show estaba complementado con un increíble juego visual, entre las animaciones proyectadas detrás de ellos que seguían el hilo de las canciones, hasta las luces del recinto que se prendían y apagaban al ritmo de la música. Todo estaba completamente en su lugar.
Para continuar, Rawayana tocó canciones de todos sus discos, como “Hoy” “Entre tus sábanas” y “Gatos” que todos los fans seguían coreando y bailando, tanto y tan fuerte que Beto comentaba entre canción y canción lo mucho que les gustaba estar en México, siempre recordando a Venezuela y a los venezolanos, a los cuales dedicaron “Véngase II”.
El show iba para largo y esto apenas comenzaba, así que invitaron a Fer Casillas a subir al escenario para tocar “Mamita” con ellos, y con un arreglo muy especial que le hicieron. Más romántica y lenta de lo que ya es, esta fue una de las canciones en las que veías a más parejas abrazadas y bailando lentamente. Sin embargo el ritmo siguió subiendo y el reggae se empezaba a sentir en la sangre de todos, y después de “Falta Poco” Beto comentó que esta noche había muchos invitados, así que nos preparamos para la aparición de Simon Grossmann, quien los acompañó en “Sin Dormir”.
Una de las sorpresas de la noche, que sin duda fueron muchas, fue el cover que hicieron de “Merengue Pa’ Cintura” de Joel Martínez que fue uno de los momentos musicales más intensos de la noche. Continuando con la vibra caribeña, tocaron “Palmera”, “Tucacas” y “Algo distinto” antes de salir del escenario por unos segundos.
Entre un fuerte “olé olé olé olé, Rawa-yana” los venezolanos volvieron a salir al escenario para las últimas canciones de la noche. Para una de las favoritas del público que fue “Funky Fiesta” subió a bailar y cantar muy a su estilo Esteman, contagiándonos con sus giros y pasos de baile.
Después de esto, finalmente presentaron “Sádico” su nueva canción acompañados de El Kamaron, guitarrista de Okills, a quienes admiran bastante, y cuando creíamos que esto ya iba a terminar, Beto se detuvo para decirnos que ellos habían encontrado a un músico mexicano con el que tenían ganas de colaborar desde hace un tiempo, y así dieron la bienvenida a Caloncho y en ese momento El Plaza Condesa retumbó de emoción por esta sorpresa.
Caloncho y Rawayana comenzaron a tocar “Sin ti” y a mitad de la canción se les unió el rapero Alemán, dándole un toque único al concierto que de por sí, ya había sido magnifico hasta este punto. Después de despedirse de Caloncho y Alemán subió al escenario Mon, para acompañarlos en la última canción de la noche, sin contar a “Bahía” como encore, “High” que fue la forma perfecta de terminar un show de 23 canciones y casi dos horas de música, baile, caribe y reggae.
La emoción era tanta que nadie se quería ir, aún cuando la banda se despidió entre ovaciones por una noche increíble, el público se resistía a irse de El Plaza y seguían esperando que la banda volviera a salir. Aunque eso no pasó, nos fuimos felices, tropicales y esperando con ansias la próxima vez que Rawayana regrese a México.