Fotografías: Alejandro Servín
El pasado 15 de noviembre fuimos testigos del show en solitario y sold out de Years & Years. Lleno de visuales, luces, pero sobretodo el show que interpretan cada uno de los integrantes, los coros y el propio Olly Alexander, fue sorprendente y lleno de energía. Sin duda un concierto inolvidable que vivimos en El Plaza Condesa tanto para nosotros por ver resplandor la sonrisa de los londinenses como para la banda pues los gritos nunca cesaron.
En pantalla aparecía una video que nos daba la bienvenida a Palo Santo, nombre de su nuevo álbum de estudio y el cual venían a promocionar, de hecho, este fue uno de los últimos conciertos que dan de esta gira. Así fue como comenzaron con “Sanctify”. No es por exagerar pero desde que Olly subió al escenario y se paró en la tarima más alta, se encendieron los fans que estuvieron esperando este momento por años.
“Shine”, parte de Communion, su álbum debut, nos recordaba por qué amamos a estos chicos y prueba de ello estaba en la pancarta con su nombre de Olly que tomó del público y orgulloso cantó con ella. “Karma” llenó de sensualidad el lugar y claro que los gritos no se hicieron esperar hasta para los coristas; “Meteorite” por su parte nos regresó a ser románticos y quemar la pista; “Take Shelter” con su ritmo hizo que los coros acompañaran a los lados del vocalista y juntos nos hicieran sentir este increíble momento.
Llegó el momento mágico, la canción lenta, la favorita de varios, ”Eyes Shut” donde el líder de la banda tocó su piano al centro del escenario, jugando con su voz nos hizo enchinar la piel y dedicarla en nuestra mente. Y como queriendo volver a subir los ánimos “Gold” y “Desire” llegaron seguidas, claro que lo lograron, todo El Plaza comenzó a bailar y gritar la letra, el vocalista tomó una bandera de México que llevaba un fan y bailó con ella; el cariño hacia nuestro país es mutuo.
No les vamos a mentir, Olly tiene una sonrisa que se contagia, no hubo momento de la noche que no la reluciera y menos cuando recibía gritos o el cariño de su público. “Palo Santo” la interpretó con la luna enorme en la pantalla e hizo cantar a más de uno; “Ties” continuó con el mismo ritmo pero en esta al final absolutamente todos balancearon las manos de un lado a otro, cosa que emocionó a la agrupación y se veía en sus rostros de satisfacción;
“Hallelujah“ volvió a encender el ritmo con visuales futuristas; “All For You“ hizo alzar varios celulares y a la otra mitad saltar tan alto como pudieran; “Workship” y “Rendezvous” se convirtieron en el momento sensual por excelencia; “If You’re Over Me” por su letra se posicionó como la canción que todos querían inmortalizar en sus celulares, como en la que más veías rostros interpretando y como la que mejor representa la evolución de la banda, increíble.
Así, después de un breve descanso, volvieron para regalarnos “Play” y la más querida “King”, aquí definitivamente El Plaza terminó de encender, veíamos gente gritando las letras, emocionados por ver tan cerca a Olly, otros más porque los escuchaban en vivo por primera vez y unos más con sus parejas disfrutando de la mejor de sus citas.
Definitivamente estaremos atentos a los proyectos futuros de los londinenses y ojalá vengan a México más rápido de lo que esta vez tardaron. Como conclusión, verlos en vivo es toda una experiencia romántica, sensual, emocionante y visual, todo un estilo característico que ha construido Years & Years.