El día de ayer vivimos en el Palacio de los deportes un concierto inolvidable para muchos fans, sobre todo para la chilena casi, casi mexicana -o como muchos le gritaron el día de ayer- chilanga Mon Laferte.
Fue el cierre de La Gira de Norma que durante el año pasado estuvo girando por todo México y Latinoamérica.
Un concierto rosa en su totalidad que nos llevó desde el sonido del arrabal , hasta la música tropical y el mambo. Incluso hubo un momento acústico donde, con sus notas y letras, recordaban esas noches de mezcal y desamor.
Los colores y el ambiente se funcionaban creando un mensaje, este mensaje que durante mucho tiempo se ha viralizado, uno de igualdad y no más violencia .
Podría ser la reseña como muchas veces donde mencionó que canciones interpretó, qué vestido utilizó (por cierto era un vestido rosa ) pero creo que en esta ocasión va más allá una reseña de lo que cantó o se dejó de cantar .
Mon Laferte es el ejemplo del trabajo de la constancia, ver cómo ha evolucionado en el escenario es gratificante, pero lo más importante es ver cómo Mon no olvida la historia detrás de su llegada a México hace 13 años, como lo mencionó en alguna parte del concierto, y que comió por primera vez tacos en Coyoacán o que vivió en artículo 123 en el centro, esos detalles mínimos muestran lo agradecida que está con nuestro país.
Grandes sorpresas se vieron esta noche la primera fue la salida de joy huerta cantando «mi buen amor». La segunda sorpresa de la noche fue invitar al escenario al escenario a Guaayna e interpretar «Plata ta,tá» pero no quedó ahí, segundos de comenzada la canción hacia aparición Yalitzia Aparicio con una cartulina verde con el mensaje que después de la nominación de los Oscar a llevado a a el mundo “No es mi color de piel, mi clase social, mi cultura o mi preferencia sexual lo que determina quien soy, son mis valores”.
Uno de los detalles de la noche y última sorpresa del show fue, el invitar a muchas artistas mujeres al escenario, músicas, intérpretes, compositoras, que como ella buscan ser escuchadas. Así fue que con «Paloma Negra», una canción emblemática de José Alfredo Jiménez ,p cantaron al unísono y con el estilo y sentimiento de sus dos más grandes intérpretes mexicanas Lola Beltrán y Lucha Villa.
En fin, fue una noche emotiva e inolvidable para los fans, sobre todo para esta chilena que llegó con un sueño a México y hoy tiene el poder de mostrar su música y un al pueblo latinoamericano de lucha, igualdad y sobre todo de mucho amor .
Gracias, Norma, por esta gran noche.