El pasado jueves, el Lunario del Auditorio Nacional se convirtió en el epicentro de una experiencia musical inolvidable gracias al concierto que daría Mikel Izal. Desde el momento en que las luces se atenuaron y el público estalló en aplausos y gritos de emoción, quedó claro que estábamos a punto de presenciar algo especial.

Mikel Izal cruzo el charco de España a México para mostrarnos su nuevo material discográfico, tras la separación de su banda (IZAL), se sumergió durante dos años en componer cosas nuevas, donde desahogo tristezas, enojos hasta poder llegar a la Paz interior y todo ello quedo plasmado en “El Miedo y el Paraíso” y era hora de explicarle a su público el porqué de este disco.

El ambiente estaba cargado de expectación cuando Mikel piso el escenario y menciono que serían dos horas divididas en diferentes actos, el primero de ellos estuvo cargado de temas como “Miedo”, “Gula” y “Despedida” tres temas de su nuevo disco que ya eran correadas de principio a fin. Sin duda la voz única de Mikel Izal resonaba en todo el recinto, llevando consigo las letras emotivas y poéticas que le caracterizan.  

Más allá de la calidad musical, lo que realmente hizo que este concierto fuera inolvidable fue la conexión palpable entre Mikel y su audiencia. Mikel interactuaba con el público de una manera cercana y auténtica, compartiendo anécdotas y expresando su gratitud por el apoyo de los fans a lo largo de los años.

Para este concierto se notó que Mikel lo ocupo para desahogarse, no sabemos si de una ruptura amorosa o la ruptura de IZAL. Uno de los actos podría decirse que fue dedicado al enojo, aquí nos interpretó temas como “El Grito”, “La huida” y “Rabia”    

En su trayectoria, Mikel Izal ha logrado establecerse como uno de los referentes principales de la escena indie española. Su habilidad para combinar melodías pegajosas con letras profundas y reflexivas le han valido un lugar destacado en el corazón de sus seguidores.

Para el último acto lo lleno con una explosión de emoción cuando se interpretó algunos de sus éxitos más conocidos de su anterior banda, como “El Baile”, «La Mujer de Verde», y «Copacabana». Mikel Izal, demostró su dominio escénico mientras entregaban interpretaciones llenas de pasión y entrega.

El concierto culminó con un enérgico cierre de brincos y baile, dejando a los asistentes con una sensación de euforia y gratificación. En resumen, el concierto de Mikel en México fue una experiencia inolvidable, llena de emociones y momentos que quedarán grabados en la memoria de todos los presentes. Es seguro decir que el legado de Mikel Izal continuará creciendo, inspirando a nuevas generaciones de fans en México y más allá.