Ni la noche de ayer, que se tornó muy fría, se imaginaba que la Arena de la Ciudad de México se llenaría de tanto calor y energía. Desde las 19:00 hrs se abrieron las puertas de este gran centro de espectáculos al norte de la ciudad: la razón: el último concierto en México dentro de la gira de despedida Rock & Roll Rumble de Aerosmith.
Pasadas las 21:00 hrs, un grito: —¡Hola, México!—, nos anunciaba el principio de la última vez que admiraríamos a los chicos malos de Boston. Joey Kramer, que desde 1974 le ha dado la fuerza y ritmo con el poder de sus percusiones, Tom Hamilton y la cadencia inigualable de su bajo, Brand Whitford Jr. y su guitarra, que es la novia de la banda también, Joe “Fuckin”Perry; su nombre lo dice todo: el poder de su guitarra que nos lleva desde un ligero blues hasta el sonido más sucio, sin dejar de ser increíble. Si hoy diéramos una nueva descripción a rockstar sería sin duda Steve Taylor. Es energía en el escenario, entregado a sus fans, jugando con la gente. Look. Porte. En fin, muchas sabrán a que me refiero.
Un escenario sencillo, lleno de diferentes amplificadores y tres pantallas fue más que suficiente en este último vuelo por México, de este bombardero que atacaba a su gente con éxitos como “Toys In the Attic”, ”Love in An Elevator”, ”Cryin”, ”Eat the Rich”, «Last Child”, «Crazy” (momento donde la gente a una voz realmente enloquecía; el lugar donde Steve buscaba a Mariana, chica del público y se la dedicaba), “Livin on the Edge». En ”Rats” fue el momento donde Joe destrozaba su guitarra. El momento íntimo donde la piel se erizaba el toque de amor del concierto fue al escuchar los primeros acordes de “I Don’t Want to Miss a Thing”. Luego llegó «Come Together» canción memorable del cuarteto aún más memorable The Beatles y grabada por ellos para el soundtrack de Armageddon.
El final llegó con la colocación de un piano blanco de cola y la interpretación «Dream On», entonces un Joe parado sobre este y un Steve entregado a su interpretación, llegaba el final de este gran, gran último concierto con “Sweet Emotion”. Steve mencionó: —gracias, México, por siempre estar aquí. Los queremos—. Acto seguido, colocó sus manos en el pecho.
Así llegó el último concierto en México de un bombardero llamado Aerosmith. Así nos sus últimas 17 maravillosas interpretaciones. Probablemente no podía ser de otra manera