Llegamos a un punto donde las bandas como Franz Ferdinand trascienden por el solo hecho de ser una banda que trae mucho potencial y baile en su camino. Con el estreno de su quinto disco Always Ascending y con la reciente salida de su guitarrista fundador Nick McCarthy, Franz Ferdinand logra un movimiento pegajoso, elegante y extremadamente exagerado, este es el sonido de una banda que ya no está cargada de relevancia.
En el 2004, la banda sacaba su disco homónimo y dentro de la gran industria se abría un panorama mayor al que ya venía extendiéndose. Es así como Franz Ferdinand se colocaba dentro de la neurona sensorial y se rebelaba contra estos clubes europeos de bandas indie fresas y se descubrían como una contraparte realmente alocada y sexy.
Always Ascending llega como un plato a la mesa, el cual quisieras degustar poco a poco, dispuesto a cucharear y saborear, pero es ahí precisamente, en la degustación donde los sabores llega a escaldar y lo frío comienza a disgustar el paladar. Realmente «el plato» está bien, pues lo disfrutas pero te deja con hambre metafóricamente y sonoramente hablando. Este aspecto resulta muy contraproducente o quizá, puede que sea una falacia. Tanto pedo para cagar aguado.
Todo este efecto disminuye cuando el dinamismo sorprende cuando se canjean estas canciones útiles, y cuando cada canción se eleva cuando las canciones nerds se desbordan, a veces solo con un efecto alegre; una ilusión auditiva aparentemente interminable, que se intensifica en el fondo de la canción. Pero es todo elegante, pegadizo y agradablemente exagerado.
Realmente el encanto puede ser lo más visibles de Franz Ferdinand en 2018. No obtienen un puntaje alto después de que nos tenían acostumbrados a ver y escuchar algo diferente y novedoso, ahora nos presentan un disco con el que se quedan cortos, pues la banda se hace pequeña tras Always Ascending, sus sensibilidades pop despojadas del estilo. Todo suena opaco y espectral, no es lo mejor pero cabe agradecer que hay trascendencia sonora y visual por parte de Alex Kapranos y compañía.
