Ver a Friendly Fires en vivo es una experiencia única. Tienen el don de convertir cualquier escenario o carpa en una pista de baile y de diferenciarse de todas las demás bandas que tocan en un festival el mismo día que ellos. Si ya tuviste un largo día escuchando a artistas de géneros parecidos, llegar a escuchar a este trío al final de la noche, es algo que definitivamente cambia tu perspectiva y te sube el ánimo de golpe, pues piensas “¡wow! esto si está bueno”, y es seguro que te quedas a bailar un rato.

Toda la estética de esta banda está basada en los años 80 y la música dance en general. Desde su primer álbum sorprendieron al mundo con su bailable y contagioso ritmo digno de clubes, que también mezclaban con el indie rock y hacía que cada canción fuera diferente y que aunque por momentos sonaran demasiado retro, también sonaban familiares y más acorde a la época en que se formaron (2006).

Este año llegan con su tercer álbum de estudio, después de ocho largos años de Inflorescent, y el tiempo que pasaron sin sacar material se nota. Dejaron bastante atrás las vibras de indie rock y más que en el dance punk, se enfocaron en dos géneros para bailar: el funk y el house en versiones retro. Es un álbum que se siente como un viaje por los 80 y los 90 y que incluso te sitúa en escenarios de esas épocas.

“Can’t Wait Forever” y “Heaven Let Me In” son los primeros dos tracks y nos transportan a los principios de los 90 con un house extremadamente bailable y contagioso, con esos teclados tan característicos de aquellos años, los beats repetitivos y la voz aguda con notas largas y melodiosas.

“Silhouettes” es una remembranza a los 80 y su música de club. El “ba ba ba” que te hace corear la canción sí o sí, se mezcla con divertidos efectos de teclado y te hace imaginarte a ti mismo en el centro de la pista de baile con una brillante bola de discoteca encima de ti. “Offline” es un dance noventero un poco más lento pero no menos alegre, lleno de sonidos de trompetas en el que colaboraron con el DJ Friend Within.

En “Kiss And Rewind” nos encontramos con otro coro contagioso y un house un poco menos elaborado, hecho con sólo un par de secuencias y un teclado muy ochentero. Aquí lo que destaca es la voz de Ed, que resulta sensual. “Love Like Waves” es un track disco con una cierta vibra melancólica, pues habla de dar una mirada general a nuestra vida y los paisajes que la rodean y dejar ser libre al sentimiento del amor.

“Lack Of Love” por el contrario, habla de la falta de amor y los sentimientos que eso conlleva. Es una canción que combina efectos de sonidos muy característicos de los 80, pero con baile de los 90, una de las mejores del EP. “Run The Wild Flowers” cierra el disco de una manera muy interesante y más oscura, pues es un techno que recuerda un poco a Daft Punk y que no es exactamente bailable, pero sí para escuchar en un club cuando la noche ya está muy avanzada.

Lo único malo que podría tener Inflorescent es que todas las canciones son del tipo que estarían en tu radio en los años 90 y que aunque te gustan y seguramente bailarás con ellas a más no poder, jamás te interesaría saber quién las canta y no te enterarías.

Por otro lado, es un LP extremadamente bien hecho y producido que merece tener el crédito completo, y tal vez ese tendría que ser el trabajo de Friendly Fires durante todo el tiempo que dure su promoción: adueñarse bien de sus propias canciones y decir “somos nosotros los que estamos poniendo a bailar a todo el mundo”.