A menos de una semana de haber lanzado su tercer álbum de estudio titulado The Gods We Can Touch, la cantante noruega Aurora ofreció a nivel mundial un show online montado totalmente alrededor del concepto del disco. Como recordarán de la entrevista que tuvimos con ella en noviembre, este es un material que está inspirado en la mitología griega, historia de la humanidad y el concepto de Dios, es por eso que se prestó a esta experiencia que más que musical, también fue teatral.
El live stream comenzó en punto de las 18:00 horas con Aurora dando una introducción muy reveladora de lo que significaba la preparación del show:
«Creo que es raro tener la oportunidad de mostrar tu música en vivo y al mismo tiempo crear algo, un mundo de ensueño, como hacer un cíborg. También creo que el pensamiento humano ha evolucionado mucho y me siento suertuda de poder enseñarles como luce mi música. Empezó todo con una idea de cómo mostrar canciones de mi tercer hijo en una forma muy especial mas allá de un tour. Es algo muy orgánico. Cantaré seis canciones porque pienso que son las seis que mas atención tendrán y yo las amo mucho, necesitan el amor de su madre. Es la forma en la que quiero que las vea el mundo, son cercanas a mi corazón y me calma saber que las preservaré en este escenario por siempre aun después de que me vaya. Es como si estuviera bien morir después de esto porque habré dicho algo importante, estas canciones dicen mucho acerca del álbum y sus puntos de vista. Es lo que pienso que es un toque de lo divino».
Para interpretar el primer track que fue «Exhale Inhale», la noruega apareció entre humo con un vestido blanco-azulado frente a un árbol rojo en una toma close-up, para después ir presentándonos a los bailarines vestidos de rojo que la acompañarían en esta media hora, y que después bailaron enérgicamente a la alegre «Giving Into The Love», donde Aurora, siendo 100% ella, no dejaba de moverse con ese encanto que siempre la ha caracterizado, pero sin duda que verla con bailarines extra le daba un toque inigualable, pues tenían la misma vibra que ella.
Seguido, apareció susurrando con un interludio:
«¿Por qué siempre puse a Dios tan arriba? tan lejos de aquí, de la gente, de nuestros ríos y montañas. ¿Por qué no lo puedo tener aquí para que todos pudiéramos tocar lo divino? Tal vez solo así podríamos ver lo valiosos que somos».
«Heathens», uno de los sencillos, lo interpretó bajo luces oscuras luego de «The Forbidden Fruits of Eden», donde hicieron todos una coreografía dramática que hacía alusión a la mitología griega, para luego pasar a «A Temporary High», donde fue muy emocionante la coreografía teatral y dinámica. Casi al final, Aurora nos regala un último monólogo antes de cantar tranquilamente «A Little Place Called Moon» entre iluminación amarilla y ya sin bailarines:
«Lo veo claro cuando cierro los ojos, veo finales y comienzos, estrellas desaparecer y aparecer mientras el mundo gira y a lo lejos me veo a mi experimentando la vida, bailando, besando bajo los mismos árboles y existiendo en todos lados. Estamos aquí, en la luna».
Este show en todo momento fue totalmente fiel a la esencia de Aurora, pues aunque pareciera que la vimos bailar como siempre lo hace, se notó que hubo una preparación previa y una planeación que nos llevó dentro del mundo de su disco, que sin duda resultó encantador. Les dejamos algunos stills a continuación: