El pasado 28 de febrero se presentó la banda neoyorkina Battles en la Ciudad de México, la cita fue un Foro IR! que vio su espacio ser llenado poco a poco hasta agotar su aforo.
La velada contó con una banda local que se encargó de hacer los honores en la encomienda de comenzar con la matemática que permeó la música de esa noche.
Ikiatari es el nombre que los chilangos que arrancaron con el recital; sus acordes estroboscópicos, golpes macizos perfectamente ensayados y un halo geek dejaban claro el por qué de la elección de esa agrupación para dicha labor. Los jóvenes connacionales se notaban muy emocionados y no era para menos.
Después de la retirada de la banda abridora, el escenario se inundó con una incontrolable ola de cables que Battles arrojó para la ejecución de su acto. La tecnología, la música y una completa falta de sentido de la moda, se apoderaron del recinto de la colonia Roma.
Sólo dos músicos se encargan de la ‘ejecución’ en vivo de las piezas de esta banda, y hacemos especial énfasis en la parte de ‘ejecución’, pues sin el ánimo de hacer una crítica destructiva, lo que hace este proyecto en vivo es muy cercano a lo que un acto como Daft Punk o Tokimosnta hacen en sus respectivas presentaciones.
Battles hace una presentación que sucede gracias al uso de computadoras, secuenciadores, loops y secuencias lanzadas por los músicos en el escenario, es un trabajo que se nota pulido, pues cualquier error devendría en un completo fracaso de la canción en cuestión, pero no, la experiencia y la precisión se notan en estos viejos lobos de mar.
La música de los estadounidenses tuvo pocos descansos, las canciones llegaban unas tras otras y no dieron cuartel a los asistentes que disfrutaban de cada uno de los sonidos sampleados y sintetizados que Ian Williams nos entregó.
La batería de John Stanier tampoco hizo concesiones, desde su poco ortodoxo acomodo y la implementación de su octapad para ir más allá de sonidos percusivos, el dúo no permitió que la intensidad y emoción del show decayera nunca a pesar de los valles y crestas que serían de esperarse en cualquier presentación en vivo.
Ya casi para el cierre de la velada los músicos nos regalaron la muy esperada “Atlas”. Durante su presentación Ian demostró que se sabe un par de frases en español ‘de tío’ a la altura de “Hola, crayola”, lo cual se ganó la ovación del abarrotado foro.
El par de músicos presentaron un set bastante contundente que no necesitó de un encore para satisfacer a sus fanáticos sólo salieron y no volvieron más.
