Fue en el 2018 cuando hablé por primera vez con Victoria Legrand, la hipnótica voz detrás de Beach House. Cuatro años han pasado y el tiempo no transcurre en vano. Después de una pandemia, un disco más y muchísimas experiencias (y tristezas), nos volvemos a encontrar. Todo ha cambiado. Y, sin embargo, al escuchar el OnceTwice Melody (2002) su sonido me sigue evocando las mismas imágenes y generando una nostalgia similar a la de ese 2018, cuando empecé a escribir para Revista Kuadro. Como si nada hubiera pasado…

¿Cómo le han hecho para mantener esa constancia musical (llevan 15 años en la industria y 8 álbumes) y, al mismo tiempo, mantener esa energía tan similar, tan Beach House en sus discos?

V.L… Necesitas escucharte a ti mismo, necesitas saber cuándo trabajar ferozmente y cuándo soltarlo, cuándo forzar las cosas y cuándo dejarlas (no hacer nada).

No intentes ser o hacer algo que no eres tú. 

¿Crees que la cuarentena les ayudó a exprimir ese sonido tan suyo en Once Twice Melody?
V.L.: El disco empezó a ser escrito antes de la pandemia e, incluso, hay canciones anteriores a ella. Y, si bien, mucha parte del trabajo fue hecha en cuarentena, yo no lo llamaría un “álbum pandémico”, solo un álbum hecho en la pandemia. 

Y, aún así, se percibe en el disco una energía extraña, como en “Over and Over”, que es mi favorita y que es, al mismo tiempo, tan triste y tan luminosa, añorante e hipnótica, no sé, muy de esperanza y al mismo tiempo de encierro.

V.L.: Siempre nos preguntan si nos afectó de alguna manera la cuarentena, y claro que nos afectó. Somos seres humanos. Por supuesto que sentimos confusión, ira, depresión, escepticismo, y que sentimos lo mismo que los demás.

Pero tuvimos suerte de tener a una leal, leal amiga, como la música, y de tener la oportunidad de “mirar a través de la música para entender el universo”.

Y, al mismo tiempo, pienso que siempre nos hemos sentido igual. La pandemia solo fue una versión mucho mas intensa de esos sentimientos y pienso que todos los humanos están de acuerdo con que muchas de las cosas que sentimos, como la soledad, el aislamiento, la confusión, la depresión, la ansiedad, se sienten diariamente. 

¿Ahí es donde entra la música?

El arte, en general. Por eso el arte es importante, por eso vamos a las galerías a ver pinturas, ya que, por un momento, puedes ver algo distinto, o “sentir un nuevo sentimiento”, o simplemente sentirte vivo. Y yo pienso que la música nos ha hecho sentir vivos a Alex y a mí. 

Regreso a esa entrevista del 2018, de mis primeras internacionales que hice para el medio. La leo y descubro que, con tal de dar a conocer a Beach House, le quitó peso a las palabras de Victoria. Esta vez no haré el mismo error…

¿Y en qué momento en tu vida dijiste, yo amo esto, yo quiero dedicarme a la música?

VL.: No pienso que funcione así o al menos no funcionó así para mí.  A la mayoría de las personas les gusta la música, cuando fui niña me gustaba la música, y nunca supe o pensé que esa sería mi carrera. Hasta que conocí a Alex y sentí algo especial, algo muy rápido y fluido. Ya después en los tours fue donde aprendimos a presentarnos como artistas, a estar con la gente y estar con extraños y a comunicarte… Así que no ha habido un momento singular en el que dije “este es, este es el momento”. 

Para algunas personas el momento es cuando empiezan a hacer dinero, pero para mí, la realización de que la música iba a ser lo que iba a hacer, y lo sentí como un compromiso, fue mucho más profundo que sentir el éxito monetario.

¿Y cuál crees que hayan sido las claves para materializar ese sueño de vivir de la música? 

VL.: La vida debe ser retadora, es bueno que te reten creativamente, pienso que es bueno trabajar con alguien más, colaborar es muy importante, igual aprender a comunicarte con otro artista. También es importante seguir el instinto y tener mucha disciplina y trabajar en un modo poco glamouroso. Y bueno, tienes que amar lo que haces, porque

si no amas lo que haces lo estás haciendo por las razones equivocadas.