David Bowie ha sido todo un icono en el mundo de la música. Sobrevivimos al primer año de su adiós y hemos sido testigos de su paso de estrella a leyenda.

Es por eso que al ver la colección de fotografías que Brian Duffy tomó de «El Duque Blanco», uno se va llenando de nostalgia y es precisamente lo que pudimos experimentar durante más de un mes en el Museo de la Ciudad de México.

Bowie no solo es capaz de conquistarnos con su música, también lo logra con su imagen, creando así un paquete completo.

Quizá la mejor idea para vivir esta experiencia sea escuchar las canciones de Bowie mientras contemplas las fotografías de Duffy, eso fue lo que hice y resultó muy bien. Sin duda, la obra de quien también fuera llamado Ziggy Stardust, transmite diversas emociones a cada instante. Letra y música hacen que cada disco, cada canción, sea un deleite. Sumado a las expresiones, a las poses, al vestuario; todo un espectáculo ver estas fotografías, se convierte en un terremoto emocional que eriza la piel.

Brian Duffy logra plasmar la personalidad, o más bien, las múltiples facetas de una leyenda y es precisamente por estas imágenes, que gran parte de la percepción que tenemos de Bowie la debemos al fotógrafo ingles. Fotografía tras fotografía nos damos cuenta que ambos se encontraron en grandes momentos de sus carreras, resultando autenticas piezas de historia, tanto visual como auditivas; dos iconos.

Es verdad que hay varias fotografías al rededor del mundo con las que se podría contar la historia del rock, imágenes que son emblemáticas, que ves en camisetas, posters, pinturas etc. Una de ellas, es sin lugar a dudas, la portada de Aladdin Sane, cuyo autor es obviamente Brian Duffy. Ver de cerca esta imagen es bastante satisfactorio, incluso, es capaz de hacernos imaginar el momento en que fue tomada. Sin saberlo Duffy y Bowie, estaban haciendo historia. Una imagen que ha recorrido el mundo y que quedará en la mente de millones de personas por mucho, mucho tiempo.

Sin embargo, justo a un lado de la icónica imagen se encuentra una versión diferente. Una que en lo personal atrapó más mi atención que la original y es que, mi predilección por el color negro se hizo presente y no pude evitar perderme en esa fotografía.

La experiencia es, sin temor a decirlo, excitante. Todos sabemos lo que David Bowie significa en el mundo de la música y es quizás, uno de los que menos detractores tenga. Esta exposición de fotografías de Brian Duffy, es una muestra del por qué, con tantas facetas, El Duque Blanco a podido conquistar, generación tras generación, a todo tipo de gustos.

Un poco de historia musical a través de imágenes.

Él es David Bowie.