Parecía otro día cualquiera, y aunque la alarma del teléfono que es el único que Duerme conmigo me comenzó a chillar un estridente: «No te duermas», esta vez no fue lo que me terminó de despertar. Sin ni siquiera una advertencia, un aviso, un: «Mira cómo viene el día», reafirmo que al parecer este 2020 de mierda —que ya no sé bien si es Realidad o sueño— no se ha cansado de ser el año más abyecto de los que yo recuerde, asquerosamente vacío de Buenas noticias. Me recorre esa sensación de Frío en la espina dorsal que da cuando te enteras de que hay otro Adelantado, pero uno que, como todo verdadero artista, para quienes llegamos a amarlos, se vuelven Menos que un amor pero más que un amigo. Y pues sí, Misteriosamente hoy, fue el turno de PAU DONÉS de besar a La Flaca, a la más flaca de todas.
Basta con cerrar los ojos, y Vuelvo hasta la primera vez que lo vi tocar, en un Vive Latino, justo cuando llovía a cántaros Agua, pero también sonrisas (y chingos de vasos) todo mezclado A lo loco. Y yo No suelo compararme en eso de ser fan de alguna banda, considero que lo importante es que la música, cuando lo es, nos toque a los más posibles, pero es que en el caso de JARABE DE PALO y en particular de Pau, son completamente parte de Mi diario personal, porque a pesar de que es ya bastante claro que No sé estar enamorado, y que en términos generales Soy un bicho (o ni eso), hay excepciones como lo era él, seres maravillosos que aunque no quieras, aunque tu dolor, tu pasado y tu herida aún abierta Grita: «¡Carajo! ¡No quiero sentir! ¡Déjame vivir!», Donés te respondía en acordes mayores: «No escondas tu corazón».
Sé bien que algunos imbéciles, aunque no nacimos ahí, parece que nos esmeramos en vivir en El lado oscuro, ese del que él hablaba, pero que demostró en cada canción, en cada concierto, en cada video, en cada entrevista que de oscuro, muy poco. Sí, Pau, te cansaste de mostrarnos La luz de tu corazón.
Obvio, Pau, Tú no sabes quién soy, a pesar de que dos veces tuve la oportunidad de estrechar tu mano, pero recuerdo bien que tenías esa capacidad de hacer sentir con un saludo, lo que con tus canciones: que uno no es tan tan tan Invisible. Y claro que podría guardarme todo este Blablabla, claro que soy Dueño de mi silencio, pero es que con tu música, con tu obra, Tú me hacías sonreír, y aunque en estos menesteres de las partidas, algunos Dicen que ya no estás, yo creo que el verdadero artista sólo Cambia la piel, porque la mayoría cree que Los ángeles visten de blanco, pero yo discrepo, que la verdad tus atuendos siempre fueron de lo más variopintos.
Pues bien, Lo que te voy a decir no llega ni a homenaje, pero no pude aguantar las ganas de decirte que Me gusta cómo eres, siempre me gustó, y Eso que tú me das hasta el día de hoy, —aunque a veces sea más bien Para enredar mi ya de por sí torcida vida —, me hace saber que Quiero ser poeta como tú, aunque algunos Estamos prohibidos a acceder a toda grandeza. Eso sí, por lo menos esta vez eso no es relevante, porque Hoy no soy yo solamente, sino todos los que, mucho o poco, a veces, estamos En conexión con esas Emociones que aunque sirvan Siempre nunca nada, por lo menos nos hacen este Tiempo que aún nos queda, un poco más llevadero. Hablaste de Dos días en la vida para los que no naciste, pero creo que más bien eran tres, que estoy seguro que no naciste para irte tan pronto, y aunque desafortunadamente Aún no me toca alcanzarte, ¡Qué bueno qué bueno que nos regalaste, de tu mano, de tu voz, A tu lado, este Viaje para locos! ¡Todas y cada una de estas Ilusinaciones que hoy hoy sin ellas, hacen ver el mundo como un Completo incompleto!
¿Y ahora qué hacemos? ¿A dónde vas? Pues por supuesto, intentar que se Escriban más canciones con esa luz de que te sobraba, pero como es poco menos que imposible, por lo menos, aprender, admirar, y en lo posible emular cuan Valiente eras, haciendo frente a tus circunstancias, a tus golpes, a esa Bala perdida que fue tu enfermedad y que no debió tocarte, con una sonrisa, ayudando mientras podías, Mucho más, mucho mejor que estos Hombrecitos que nos quebramos a las primeras de cambio, porque sí, ese cangrejo mortal se llevaría tu cuerpo, pero mientras lo tuvieras Tú mandas, como algunos no lo sabemos hacer. Aprender que eso de “Vive y deja vivir”, ese mantra tan extendido lo llevaste a la completa cabalidad. Aprender que si bien Hice mal algunas cosas y que, aunque de modo distinto La quiero a morir, la vida al final es De vuelta y vuelta, y si se intenta lo suficiente, todo puede ser, por lo menos un poco Bonito.
Y es que muchísimas veces, De los libros (no se aprende) lo que de la música sí, la bendita música que Sale a escena cuando hay Palabras que se esconden, porque siempre es una bendición ese complemento auditivo que lubrica la palabra para entrar directo al Corazón, que nos pone a Bailar aunque no sepamos y aunque la pista de baile sea 1 m2 (solo o bien acompañado), que nos da Alas cuando el Camino es largo y nos transforma en un ave que Vuela, o nos hace ser Como peces en el agua en este asqueroso y maravilloso Ying Yang que es la vida, porque La vida es el momento, y Somos lo que somos, a veces un Perro apaleao, a veces Pura sangre, a veces Amor de todo a 100, a veces Desamor, pero todo Depende precisamente de si Tragas o escupes.
Olé, Pau Donés. Los peces no tienen corazón pero a ti te sobraba. Gracias por tanto, y esto no es un Adiós, no es el Fin, que hoy te vas aunque no te irás nunca.